jueves, 29 de noviembre de 2018


“FEMINISMO, MACHISMO Y HEMBRISMO, LOS MALOS USOS DEL LENGUAJE”

Estos términos se confunden en el habla común y en los medios de comunicación.

Primero lo primero. En tiempos de la emergencia mundial de los movimientos de mujeres, muchos cayeron en un error: es que el término “feminismo” se usa muchas veces como opuesto al de “machismo”, como antónimo. La Fundación del Español Urgente, que trabaja asesorada por la Real Academia Española y cuyo principal objetivo es el buen uso del español en los medios de comunicación, salió a aclarar la cuestión.

En los medios de comunicación es común encontrar frases en las que estas dos voces se usan como opuestas, por ejemplo: “Afirma que no es machista ni feminista, sino que busca el equilibrio”. En declaraciones de famosos, en comentarios, en columnas periodísticas, se refuerza esta falsa oposición.


Lo que sí es el feminismo

Según el diccionario académico, “feminismo” es el "principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre" y el "movimiento que lucha por la realización" de esa igualdad.

Por su parte, la misma obra define “machismo” como "actitud de prepotencia de los varones respecto a las mujeres" y ‘"forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón".

Como puede apreciarse en las definiciones, no se trata de dos términos equiparables, ya que, mientras que el feminismo es la búsqueda de la igualdad entre sexos, el machismo supone una preponderancia del varón.


"Hembrismo" como insulto

Para cubrir ese hueco semántico, el de una palabra que aluda a una defensa de la superioridad de la mujer sobre el varón, se emplea en ocasiones el término “hembrismo”. Se trata de una voz correctamente formada y que se emplea en ocasiones como par lingüístico de “machismo”.

Sin embargo, mientras que “machismo” designa tanto una actitud como una estructura social históricamente asentada, el “hembrismo” no se define como un sistema con existencia real, sino meramente como la actitud particular de algunas personas que abogan por la prevalencia de las mujeres sobre los hombres.


Muchos colectivos y organizaciones rechazan el término, porque entienden que se emplea de forma peyorativa para atacar los postulados feministas y que designa una realidad que no existe. Quizá las mujeres sólo se estén defendiendo de un sistema y se las catalogue de "hembristas", de tener ¿deseos de superioridad en relación con el otro género?

Conviene subrayar que la voz “hembrismo”, que está adquiriendo ese significado en los últimos tiempos, tiene otro menos usual y restringido a los campos de la psicología y la sociología. En concreto, algunos especialistas emplean esa voz para aludir a una exagerada actitud de sumisión, pasividad y resignación de una mujer frente a un hombre.

martes, 27 de noviembre de 2018


“CUIDAR NIÑOS Y ANCIANOS SERÁ UNO DE LOS EMPLEOS DEL FUTURO”

Lo aseguró una experta en género de la Organización Mundial del Trabajo. Está relacionado con el incremento de madres trabajadoras y el aumento de la esperanza de vida.

El cuidado de niños y ancianos será uno de los empleos con mayor demanda en el futuro, por lo que es necesario buscar formas para remunerarlo, dijo el miércoles una especialista de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en temas de género.

Históricamente, las llamadas "tareas de cuidado" fueron responsabilidad de las mujeres. Su inserción cada vez mayor en el mercado laboral, deja lugares que ocupan las niñeras y el personal de asistencia para adultos mayores.


"El cuidado remunerado es una gran oportunidad para la generación de empleo para todo el mundo", declaró María Arteta. ¿Serán las mismas mujeres quienes tomarán estos trabajos? ¿Seguirán siendo tan mal remunerados?

La OIT (Organización Mundial del Trabajo) estima que para el año 2030 se podrían generar 472 millones de empleos en este sector, añadió Arteta, durante la 19 Reunión Regional Americana que se celebró hasta el viernes en Panamá.

Según la experta, estas perspectivas se deben a una cada vez mayor esperanza de vida -que aumenta el número de ancianos con necesidad de ser atendidos- y al incremento en la cantidad de padres y madres trabajadoras que deben delegar el cuidado de sus hijos menores.


Ambos escenarios, señaló Arteta, llevan a contratar a personas externas a la familia o bien a un familiar.

"Lo que esperamos es que sea un empleo con buenas condiciones porque en muchas ocasiones, aún en Europa, esos trabajos no reciben los salarios mínimos ni tienen obra social", afirmó.

De acuerdo con esta especialista, la contratación del "cuidador" -término que describe desde un maestro hasta una enfermera- "generaría un círculo virtuoso" ya que el salario implicaría el pago de impuestos, además del beneficio por el propio cuidado de la persona.


"Es imposible sustituir [este trabajo] con robots o una computadora", por eso estos empleos "van a aumentar y si los hacemos universales van a generar una gran cantidad" de recursos, agregó la experta.

El uso del tiempo en las tareas domésticas es una de las grandes brechas del género. La Organización Internacional del Trabajo viene alertando desde hace algunos años sobre la insuficiencia de respuestas políticas a la creciente carga de cuidados que recae sobre las mujeres. Según la organización Economía Feminista, en México “el 76% del trabajo no remunerado es realizado por mujeres”, que en la mayoría de los casos tienen otro trabajo remunerado y precarizado. Mientras tanto, el sueldo de las empleadas domésticas que lo perciben se ubica por debajo de la canasta básica.

jueves, 22 de noviembre de 2018


“SEGÚN LA ONU: EL PODER DE DECISIÓN DE LAS MUJERES EN MATERIA REPRODUCTIVA PUEDE CAMBIAR EL MUNDO”

En un informe resaltaron la importancia de que se establezcan políticas para que las personas tengan libertad a la hora de elegir el número de hijos que desean tener.

Según un informe de un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la tasa de embarazo adolescente en América Latina y el Caribe es una de las mayores del mundo, solo superada por regiones de África. 62 de cada mil jóvenes entre 15 y 19 años estuvieron embarazadas en Latinoamérica, de acuerdo con el documento titulado El poder de decidir.

Esa cifra supera la tasa promedio de 44 por 1.000 adolescentes embarazadas a nivel mundial (solo está por debajo de las 93 en África Oriental y Meridional y 114 en África Occidental y Central).


Sin opción

"El tema de la fecundidad adolescente es un fenómeno que de alguna manera caracteriza a la región", dijo el director de UNFPA para América Latina y el Caribe, Esteban Caballero. Señala que "una determinante básica es la falta de acceso a los métodos anticonceptivos", afirmó.

Según UNFPA, hay países en donde un menor de 18 años no puede comprar anticonceptivos si no es con permiso de un tutor o de sus padres, lo que complica la adquisición de los métodos más modernos, como la píldora.

También incide la violencia machista, la falta de educación sexual (principalmente en las escuelas) y los matrimonios a temprana edad.


La maternidad en la región "comienza poco después de la primera relación sexual, y las primeras uniones suelen formalizarse cerca o después de un embarazo, a menudo de manera involuntaria", señala el documento.

Según la ONU, los embarazos en la adolescencia son más comunes en los hogares más pobres y se deben más por falta de acceso a métodos anticonceptivos que por el deseo de tener hijos.

Esa situación impide que puedan tener mayor acceso a la educación sexual o a la independencia económica, por lo que son más vulnerables a terminar embarazadas a temprana edad, y esto termina reproduciendo el círculo de pobreza.

"El embarazo adolescente aumenta el riesgo a una vulnerabilidad a lo largo del curso de la vida porque sí puede quitar oportunidades de mayor educación, empleo y, por ende, oportunidades de ingreso. Es un factor de transmisión generacional de la pobreza", afirmó Caballero.


"Las adolescentes que viven en hogares más ricos disponen de mejor información sobre la salud sexual y reproductiva, y de un mayor acceso a los servicios de control de la natalidad; incluso pueden acceder a servicios de aborto en condiciones de seguridad, aunque ilegales", dice el informe.

El poder de decisión de las mujeres

El poder de las mujeres a la hora de decidir cuándo y cuántos hijos tener repercute directamente en el desarrollo económico y social de las poblaciones, según el Informe sobre el estado de la población mundial de 2018 elaborado por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).

La directora Ejecutiva de UNFPA, Natalia Kanem, presentó hoy el estudio en Londres haciendo hincapié en que la "posibilidad de elegir" en materia reproductiva puede "cambiar el mundo".


La falta actual de opciones en la toma de estas decisiones afecta a las tasas de fecundidad. Así, en los países menos desarrollados la fertilidad asciende a una media de más de cuatro hijos por mujer. Por el contrario, en los países más desarrollados de Europa y América el obstáculo radica en la baja fertilidad, condicionada por la presión económica y laboral que las obliga a reducir su descendencia para poder conciliar su vida profesional y personal.

Problemas que contrastan pero que a la vez surgen de una causa común, los límites, de todo tipo, a los que tienen que enfrentarse las mujeres para planificar una familia.

El informe destaca que, por ejemplo, "cuando una mujer tiene la posibilidad de evitar o retrasar el embarazo, y dispone de los medios para hacerlo, ejerce un mayor control sobre su salud y sobre su trabajo para alcanzar el pleno potencial económico".

Kanem resaltó la importancia de que los gobernantes de cada país "establezcan políticas para que las personas tengan libertad a la hora de elegir" el número de hijos que desean tener.

martes, 20 de noviembre de 2018


“SEÑALES PARA DETECTAR MACHISMO EN UNA PRIMERA CITA”

La humorista Sole Castro Virasoro reflexiona sobre eso que pasa más seguido de lo que quisiéramos: machismo liso y llano. Los que se rescatan y los que no.

Es muy fácil decir frases como “no sé qué pasó, estaba todo bien y de repente se volvió loca”. A los hombres que leen y comentan esta columna les voy a decir algo que quizás los sorprenda, pero las mujeres no somos una cosa y de repente nos convertimos en otra: si tu cita se enojó, seguro que algo hiciste.

Aquí les dejo una lista de actitudes: para las mujeres que queremos evitar machistas y para hombres que pueden estar haciéndolas sin saberlo y quieren mejorar. Se puede, ¿eh? No cuesta tanto, solo un pequeño trabajo de deconstrucción de la educación que nos han impartido durante siglos.


Nivel 1: Micromachismo

Lo más básico (y desde mi punto de vista perdonable) es abrir la puerta, correr la silla y pagar la cuenta. Tu cita quiere mostrarse como un buen candidato haciendo todo lo que le dijeron que era lo que debía hacer un caballero. Pero eres una mujer que va abriéndose paso por la vida y pagando sus propias cuentas y no entiendes por qué de repente te tratan como si te hubieran amputado las manos. Incluso dice cosas como que no le gusta el fútbol, dando por hecho que a las mujeres no nos interesan los deportes, y creyendo que eso va a sumar puntos a la hora de su evaluación. O la que a mí personalmente me molesta más “ayudo con las tareas de la casa”. Ayudar sería otra cosa: si tú no vives en una casa o no comiste en ella y un día te pinta tocarle el timbre al vecino y decirle que le limpias el baño, por ejemplo.

Una forma de hacerlo fácil para ambas partes es charlarlo previamente, algo así como un pequeño código de convivencia de una primera cita para que el esfuerzo esté mejor direccionado. Porque el tipo podrá no ser lo mejor del mundo, pero lo está intentando.


Nivel 2: Todavía sirve

Él da por hecho que tú te ocupas de lavar los platos o levantar la mesa. Cree que si cocinas deberías estar en pareja, porque al hombre se lo conquista por el estómago. Lo que pasa es que tú quieres encontrar a alguien con quien compartir la vida y no trabajar de chef personal. Le damos el beneficio de la duda porque hay demasiados años de machismo en nuestra sociedad y quizás todavía tenga cosas que aprender. Si le explicas por qué te molesta y que no estás dispuesta a hacer y él te responde cosas como “ah, eres feminista” con una mezcla de tristeza y decepción, se pasa automáticamente al nivel 4. Si te dice “feminazi” pasa al nivel 5. Si te escucha, lo asimila y actúa en concordancia, quizás todavía se pueda rescatar.


Nivel 3: Aguas peligrosas

Hay una gran alarma disfrazada de amabilidad que aparece en las citas: es la excusa de la protección. Te paso a buscar, te llevo, te traigo, te espero, porque la calle está muy peligrosa. Lo pinta a él como un súper héroe y a ti como una damisela en peligro, mientras tu no entiendes quién le dijo que es a prueba de balas.

Hace preguntas como “¿cómo haces para combinar tu carrera y tu vida personal?” como si una no fuera lo suficientemente inteligente y activa como para hacer mil cosas más fuera esas dos variantes. Dice cosas como “no entiendo cómo estás sola siendo tan linda”. "Porque cuando me cruzo con tipos como tú y prefiero pasar la noche con Netflix", te dan ganas de responderle.

Te oculta algo para que no te sientas mal, dando por sentado que no puedes manejar una información tan terrible y desgarradora como tener un pedazo de perejil entre los dientes. No digo que ese hombre esté completamente perdido para la sociedad, pero está demasiado contaminado para que su recuperación sea fácil. Antes de continuar, piénsalo bien.


Nivel 4: Soldado que huye, sirve para otra batalla

Aquí entramos en el primer nivel de machismo insalvable. La forma más fácil de detectarlos es que se basan en la imagen para sacar conclusiones de una mujer. Te dice lo que deberías ponerte, lo que es femenino y lo que es demasiado provocador. Una vez un hombre me dijo en la previa de una cita que quería que fuera en short y zapatillas, porque quería que estuviera cómoda. Repetí a propósito la palabra “quería” primero porque está en pasado (cancelé la cita) y segundo porque la frase estaba basada fuertemente en sus deseos personales y no en mi supuesta comodidad.

No vale la pena intentar explicarle nada porque lo más probable es que crea que estás con tu período o que las mujeres estamos todas locas. Déjalo y sigue tu camino. No te preocupes, hay muchos hombres que no son así.


Nivel 5: Imposible, ni lo intente

Aquí llegamos al podio del machismo posible en una primera cita. Tienen la necesidad de dominar la situación, la charla y hasta lo que vas a comer o tomar. Si eres Ingeniera Nuclear, él te va a querer explicar lo que son las barras de uranio basándose en un capítulo de Los Simpsons, porque no importa la experiencia que tengas o la formación que hayas alcanzado, él se cree con derecho a pensar que es más inteligente que tú. Estamos ante un ejemplar digno de ilustrar la palabra mansplaining en un diccionario.

Desestima cualquier logro que hayas tenido y lo enfoca en algo que él pueda proveer. Por ejemplo, si ganaste el premio Nobel de Literatura, él te va a decir que no todo es trabajo y que lo que necesitas para ser feliz, es un novio.

Son los mismos que dicen que algo no es de señorita y que creen que las mujeres se dividen entre buenas y putas. Habla mal de mujeres que no se depilan, o creen que el amor es inversamente proporcional al peso de una mujer.


Cuando se llega a estos niveles de machismo no hay ni paciencia, ni charla ni segundas oportunidades posibles.

Deberíamos tener más presente que sin machismo no sólo las mujeres somos más felices, los hombres también. Es demasiado peso para una persona tener que ser más fuerte, más alto, más exitoso, más inteligente, ganar más dinero y saber más sobre cualquier tema. Cuando las mujeres llegamos a un lugar de poder, no lo hacemos con un fin de sacarle nada a los hombres, lo hacemos porque queremos crecer, porque con nosotras mismas nos alcanza y nos sobra. Y cuando buscamos una pareja queremos un igual, alguien con quien compartir y no competir.

jueves, 15 de noviembre de 2018


“ESTO DICE LA CIENCIA SOBRE LA IMPORTANCIA DE QUE TE PAREZCAS A TU PAREJA”

Casi cinco mil parejas fueron evaluadas y sus coincidencias hablaron más que sus desacuerdos. ¿Qué cuestiones básicas es mejor tener en común en las relaciones amorosas?

Manon van Scheppingen es investigadora en la Universidad de Amsterdam y junto a su equipo realizó un informe (publicado recientemente por la BBC) que intenta explicar en qué grado influye la similitud de dos personas involucradas en una relación amorosa.


Esto no es nuevo, la ciencia históricamente ha estudiado a muchas especies animales monógamas tratando de seguir sus comportamientos y formas de alianza. En el caso de este estudio, casi cinco mil parejas fueron puestas en observación en cinco puntos básicos de su personalidad y durante un tiempo prolongado.

Y así como en la naturaleza cuando las parejas son similares su éxito reproductivo parece ser mayor, en los humanos esta receta también funciona. Aunque los dichos populares dicen que los opuestos se atraen y que mejor es complementarse, los puntos en común con tu enamorado o enamorada te suman mucho más de lo que piensas.

El año pasado, un estudio de la Universidad de Kansas reveló que las parejas con más acuerdos en personalidad, actitudes, valores, actividades recreativas y consumo de alcohol eran las que llegaban a compartir más tiempo juntas. ¿Similitudes que se van armando con el tiempo o que existían previamente? Otro estudio –más reciente- de la Universidad de Michigan sobre relaciones a largo plazo dio interesantes resultados al respecto de los hábitos compartidos.


A diferencia de otros análisis previos, el informe de Manon van Scheppingen no cierra el éxito o fracaso de las parejas en el simplismo "¿opuestos o iguales?" sino que analiza diversos matices de la personalidad. Estos son algunos:

La meticulosidad o la desprolijidad son factores que colaboran en el bienestar si se comparten. Pero si uno de los dos es poco meticuloso, en realidad podría ser mejor para la relación si el otro es diferente, lo cual actuaría como compensación.

Tomando como base otro rasgo de la personalidad, si ambos miembros de la pareja son extrovertidos, esto no les juega a favor; Si ambos tímidos, tampoco. La situación ideal es: que una de las partes sea más extrovertida que la otra. Así que, si eres hiper sociable, quizá tu mejor compañero sea un bajo perfil, y viceversa.


También resultó beneficioso que compartieran el disfrute de nuevas experiencias y la apreciación del arte y la cultura. Los valores políticos y la ideología también resultaron un valor de peso (esto ya lo habían anunciado varios estudios previos): compartidos, por supuesto, sino arde Troya y no es la idea. Según el informe: llevarían a "menos conflicto entre los puntos de vista y las acciones de los cónyuges, los cuales podrían experimentar niveles más altos de bienestar en la relación".

Las personas tendían a ser más felices si ellos y sus compañeros tenían personalidades más agradables, empáticas y menos neuróticas.

Pero, sobre todo, lo importante para el bienestar es en qué medida cada uno dentro de la relación va construyendo un sentido de identidad compartida.

martes, 13 de noviembre de 2018


“ILUSTRADORAS FEMINISTAS: HEROÍNAS QUE SE HICIERON LUGAR EN UN RUBRO MACHISTA”

Coparon novedades editoriales y redes sociales. En cada una de sus obras enfrentan al patriarcado con valentía, humor e ironía.


Las mujeres pisan cada vez más fuerte en el campo de la ilustración. Y no sólo eso: en el marco de la lucha por la igualdad de género las ilustradoras feministas representan un auge tanto en el mercado editorial como en las redes sociales. Agitan marchas, visibilizan dramas vinculares, develan prejuicios sobre los cuerpos y se burlan de los que se espera de una mujer. Son las nuevas batichicas de la pluma y el pincel; sus voces se alzan en memes virales que corren rapidísimo y te roban una sonrisa, ahí donde estés. Sí, eso que te pasa, es machismo.


Lía Copello es el nombre real de “La Cope”, quien se define como “agitadora cultural”. En su perfil de Twitter tiene casi 40 mil seguidores que comparten su obra asiduamente. “Con el paso de su carrera fue migrando a una línea más comprometida. Da talleres de ilustración feminista”, según describe en su página. “La Cope” milita la legalización del aborto a través de sus creaciones, así como exige el fin del patriarcado y pone en jaque al “machirulismo”. Es autora de “Víboras”, una novela gráfica sobre la deconstrucción, hecha con humor.

Maria Murnau y Helen Sotillo dan vida a “Feminista ilustrada”. De la mano de ambas artistas españolas nació en 2015 con el fin de dar visibilidad a situaciones de machismo cotidiano. La clave de su éxito es mostrar el patriarcado dando vuelta los hechos: cómo sería el mundo si las mujeres actuasen como los hombres. Además, explican de manera más coloquial términos y conceptos feministas para un público no tan familiarizado con este movimiento.


Alejandra Lunik nació en Chile, pero está radicada en Argentina desde que era una beba. “Varonera”, se define la humorista gráfica en su cuenta de Twitter mientras exhibe en su dibujo de perfil el pañuelo verde que representa la campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Saltó a la popularidad con “Lola”, un personaje de tres décadas que describe el universo femenino entre el humor y la ironía. Egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes, durante una entrevista con Télam prefirió definirse como “antimachista”, antes que feminista.

Paula Suko es historietista, ilustradora y estudiante de animación. Es parte del colectivo de historietistas LGBTIQ, así como de Dibupibas y creadora de Sukermerkado. Allí se manifiesta como militante feminista abordando desde el aborto hasta la diversidad de cuerpos y sexual. Porno y erotismo son parte esencial de su trabajo.


A Malena se la conoce como Hexico, tal como se deja ver en sus dibujos. Allí aborda género y activismo gordo, según se puede ver en sus obras. Forma parte del colectivo de ilustración Liquen, un movimiento autogestivo, y de secuencia disidente, de historietistas LGBTIQ. "Todas las esferas de nuestras vidas están atravesadas por el sistema patriarcal y el diseño gráfico y la ilustración no son la excepción. En estos ámbitos, tienen muchísimos más espacios de difusión para su trabajo, los dibujantes varones, heterosexuales, flacos, blancos de clase media. Por eso, es fundamental que sigamos construyendo espacios propios como son la feria Vamos Las Pibas o el colectivo La Línea Peluda. Porque hacemos mucho esfuerzo y dedicamos nuestra vida a hacer lo que nos gusta, que en mi caso es dibujar", comenta Malena.


Pitu Saá es el responsable de cada dibujo en la colección “Antiprincesas” y “Antihéroes”, de Editorial Chirimbote, y por eso Emiliano merece ser parte de esta selección. Pionero en ilustrar la literatura infantil por la igualdad de género, sus obras no sólo recorren páginas impresas, sino que son tomadas cotidianamente para estampar numerosas prendas, mochilas y demás accesorios. Ilustra personajes que rompieron con los estereotipos y se los presenta a los chicos con una impronta única, atractiva y amorosa.


Bonus track: para las y los feministas del futuro

​ “Un papá con delantal”: recientemente publicado por Editorial Bellaterra, el libro de Magela Demarco ilustrado por Andrea Bianco, invita a cuestionar la división de roles que todavía existen entre hombres y mujeres, a través de los ojos de una niña. Asimismo, hace visibles las diferentes formas en que se puede criar a nuestros hijos.

“El futuro es femenino. Cuentos para que juntas cambiemos el mundo”: con relatos de varios autores, la editorial Nube de Tinta se pregunta cómo sería un mundo igualitario, un mundo feminista. Una serie de obras que dan voz a quienes ya no pueden callar, en pos de dejar un sitio distinto para los niños de hoy, adultos del futuro.

jueves, 8 de noviembre de 2018


“#NOMELODIGASMAS 13 FRASES COTIDIANAS PARA ENTENDER LA VIOLENCIA GÉNERO”

Los dichos populares que siguen poniendo freno a la igualdad de género.

No Me Lo Digas Más: 13 frases cotidianas para entender la violencia de género, es una selección de diez frases populares, que vivimos escuchando desde que nacemos, y que refuerzan la desigualdad entre hombres y mujeres (y los estereotipos-prejuicios que la sustentan). 13 ilustradores chilenos sumaron sus imágenes a estos textos, para ilustrar un libro forma parte del Proyecto “Quiérete, Unidos contra la Violencia de género”, una iniciativa ejecutada por la ONG World Vision y financiada por la Unión Europea. El libro, de tapa rosa, tuvo su presentación internacional en la UC de Temuco (Chile) está disponible en su versión papel y online. 

"Los micromachismos o la violencia simbólica que se encierra en ciertas percepciones o frases cotidianas, son el fiel reflejo de la violencia cultural que afecta a miles de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos" abre el prólogo. Leerlas y darnos cuenta que muchas veces las escuchamos y naturalizamos, o repetimos, es parte del proceso de pensar una cultura más igualitaria, que permita experiencias libres de seres humanos más allá del género que se les asigna al nacer.


1. Hay carreras para hombres y carreras para mujeres

Se mira con extrañeza a una mujer trabajando en una construcción, o de taxista, o de guardia, entre otras profesiones u oficios. Se mira de forma extraña porque en la sociedad se ha establecido históricamente que hay ocupaciones para hombres y otras para mujeres.

Este paradigma poco a poco se fue rompiendo, con la arremetida de la fuerza laboral femenina en todo ámbito social y, a través de las nuevas masculinidades, también vemos a hombres en ocupaciones que eran antes consideradas para mujeres.

2. Detrás de un gran hombre hay una gran mujer

Aunque parezca halagador influir como mujer en el reconocimiento alcanzado por un hombre, no debería relegarse a una posición secundaria. Esta frase denota que el éxito de un hombre en lo público se sostiene en el rol histórico de la mujer de mantenerse en la esfera de lo privado como el hogar, el cuidado de los hijos e hijas, etcétera. Desde esta perspectiva, para que un hombre tenga éxito, necesita de la compañía acrítica de una mujer que se vio forzada a no destacar en nada que opacara a su pareja y, a la vez, no la distrajera del trabajo doméstico e invisible que le “corresponde”.


3. Deberías ser un poco más "femenina"

Lo único que deberías ser y hacer es lo que te haga sentir cómoda y feliz. Las mujeres y niñas, culturalmente, han tenido que ajustar su comportamiento y apropiarse de características y valores esperables para su género. Entre ellos encontramos atributos internos como la delicadeza, la afectividad, el cuidado maternal y, en aspectos superficiales, la apariencia, la belleza, los colores, los gustos, la inclinación por ciertos deportes y carreras.

4. Los hombres no lloran

Esta frase ha condicionado a los hombres a tener que comprobar constantemente su “hombría” ante otros, se ve obligado a reprimir sus sentimientos, lo que afecta su desarrollo emocional y sus relaciones interpersonales.


5. Ser mamá es lo más lindo de ser mujer

Si bien muchas mujeres ven en la maternidad una forma legítima de realización personal, lo cierto es que reducir el rol de la mujer hacia lo netamente procreativo y maternal, es obviar el aporte que ellas brindan a la sociedad en su totalidad.

Lo más lindo de ser mujer es el potencial humano de alcanzar su realización personal. Esto le permite contribuir socialmente a través de su inteligencia, sus emociones, su afectividad, su espiritualidad o de sus actos.

6. Se lo buscó por andar vestida así

Revela el control social que se ejerce sobre la conducta pública de las mujeres: si elige cierto tipo de ropa, se expresa con un vocabulario no “femenino” o transita por la calle a ciertas horas, ella provoca, ella es la culpable. Mientras que conductas masculinas como el acoso callejero no son condenadas y se naturalizan, la mujer es juzgada por no tomar las precauciones necesarias en un mundo lleno de peligros que debe y puede “evitar”.


7. Los hombres son más “razón” y las mujeres más “emoción”

Esta frase condiciona a las mujeres desde chicas a moverse en una determinada gama de emociones y comportamientos, sólo por haber nacido mujeres.

Fragilidad, dulzura y delicadeza, son algunas de las características que niñas y mujeres se ven presionadas a integrar a su forma de ser. Lo mismo desde lo masculino: hay espacios en los que no pueden expresar con libertad sus emociones por temor a la desaprobación social.

8. Ese color es de mujer

Desde bebés, a los niños y niñas se les compra ropa según su sexo: celeste para niños, rosa para niñas. Desde la más temprana edad se va imponiendo este patrón que continúa muchas veces hasta nuestra adultez. Socialmente, se coarta el uso de ciertos colores en ropa, en decoraciones y en diferentes instancias sociales, donde algunos son aceptados, y otros son símbolo de burla. Los colores no tienen género, son simplemente colores.


9. Si un chico te trata mal es porque le gustas

Un niño no maltrata a una niña porque le gusta, sino que posiblemente está reproduciendo situaciones de violencia, ya que considera los malos tratos como normales o porque sus adultos cercanos no han alcanzado a advertir ni a corregir sus acciones.

10. A las mujeres no hay que entenderlas, hay que quererlas

Culturalmente, las mujeres son vistas como un grupo conflictivo y difícil de comprender, que se deja llevar por las emociones y no actúa de forma lógica. Ante esta imposibilidad de entender el “absurdo” del comportamiento femenino, se desecha la idea de profundizar en su lectura, subestimando sus actitudes y opiniones.

Mientras que la conducta masculina supuestamente, se ajusta al orden de lo racional y no cae en contradicciones, las mujeres sólo merecen cariño, no comprensión.


11. El mansplaining

Este término anglosajón que se traduciría como “hombre-explicando”, se refiere a la práctica común en la que un hombre asume que hay un menor conocimiento de una mujer sobre un tema determinado, solo por el hecho de ser mujer o por un exceso de confianza de su parte, llevándolo a hablar sobre un tema para silenciar a una mujer o superponerse a su opinión.

Es frecuente ver hombres bajándole el perfil a las opiniones de algunas mujeres o presenciar paneles de hombres en conferencias o medios hablando sobre temas que son de mujeres, incluso aunque existan expertas en dichos temas. También ocurre en el cotidiano el que algunos hombres imponen su opinión sin poseer mayores fundamentos, de una forma caracterizada por el paternalismo.


12. Fue un crimen pasional

No existen crímenes pasionales ni por celos ni por amor, sino que son formas de asesinato que implican un problema profundo, que surge del sentido de posesión que existe del hombre hacia la mujer. No más eufemismos, hablemos de femicidio cuando lo es.

13. Ella no sirve para el matrimonio

Dícese de la mujer que vive plena y responsablemente su sexualidad y lo expresa sin temor al juicio de los demás. O de aquella que nunca ha tenido la oportunidad de tener una pareja estable. O esa que es muy independiente. O de la que se viste raro. O la que tiene sólo amigos.

Socialmente, lo que se espera de una “buena mujer” es que mantenga un bajo perfil, situándola siempre como una persona más sumisa que necesita la protección de otra. Si no se ajusta a este prototipo se pone en duda el respeto hacia ella y se le califica como alguien que puede proporcionar sólo sexo, pero no estabilidad, seguridad o la valoración social que otorga una relación estable, el matrimonio o la familia.

martes, 6 de noviembre de 2018


 “UN PATRÓN QUE SE PERPETÚA A TRAVÉS DE LAS GENERACIONES: LAS HIJAS HACEN MÁS TAREAS DE LA CASA”

Asumir más responsabilidades en la casa es un gran motivo por el cual las mujeres reciben menos pago que los hombres y quedan detrás de ellos en sus carreras.

Hace mucho tiempo que es verdad que a las mujeres les pagan menos que a los hombres por su trabajo, y que hacen más tareas de la casa. Resulta ser que estos patrones ya se inician en la infancia.

Aunque existen algunas señales de que la brecha se va reduciendo, hay una cantidad de datos que demuestran que las chicas siguen pasando más tiempo haciendo las tareas de la casa que los chicos. También reciben menos pago por hacer las tareas y tienen menores retribuciones.


Un estudio reciente, por ejemplo, encontró que los chicos de entre 15 y 19 años pasan aproximadamente media hora haciendo tareas de la casa por día, y las chicas aproximadamente 45 minutos; y que mientras las chicas pasan un poco menos de tiempo en tareas que hace una década, la cantidad de tiempo que pasan los chicos en esas tareas no ha cambiado significativamente.

Asumir más responsabilidades en la casa es un gran motivo por el cual las mujeres reciben menos pago que los hombres y quedan detrás de ellos en sus carreras, según los investigadores. Lograr la igualdad, afirman, requerirá no solo preparar a las chicas para el trabajo pago, sino también enseñarles a los chicos a hacer trabajos no pagos.

“Involucrarse en las tareas de la casa desde una edad temprana es la manera en la que la mayoría de los niños aprenden estas habilidades”, afirmó Sandra Hofferth, socióloga de la Universidad de Maryland y coautora del análisis reciente y que pasó su carrera estudiando cómo utilizan su tiempo los niños. “Los progresistas creyeron que estaban formando a sus chicos para estar más involucrados en el hogar. Sin embargo, no vemos ninguna evidencia de que la brecha en el trabajo de la casa haya disminuido”.


Su investigación se basó en los registros del Estudio Americano de Uso del Tiempo desde 2003-2014 por parte de 6.358 estudiantes secundarios de 15-19 años. El trabajo de la casa incluyó cocinar, limpiar, cuidar las mascotas, el cuidado del jardín y el mantenimiento de la casa y el automóvil.

Encontró diferencias basadas en la educación de los padres. Los niños de padres con educación universitaria pasan menos tiempo en las tareas en total, aunque la diferencia está casi en su totalidad entre las chicas. Las hijas de graduados universitarios pasan un 25 por ciento de tiempo menos que las hijas de padres con educación secundaria solamente. Sin embargo, aun pasan 11 minutos más por día que los hijos varones. Los padres educados parecen haber cambiado las expectativas para sus hijas, pero no para los hijos, dijo Hofferth.

Los chicos reciben también más dinero en mensualidad que las chicas por hacer las tareas, de acuerdo con un estudio reciente de 10.000 familias que usan BusyKid, una aplicación de tareas. Los chicos que usan la aplicación ganaron el doble que las chicas por hacer tareas, un promedio de 13,80 dólares por semana, en comparación con los 6,71 dólares de las chicas.


Los chicos también tienen más probabilidad de recibir un pago por la higiene personal, como por lavarse los dientes o ducharse, de acuerdo con BusyKid. Es más probable que las chicas reciban un pago por limpiar.

La brecha de género en tareas para los niños es mundial. Un estudio reciente de niños de 12 años en 16 países de todo el espectro económico, que no incluyó a Estados Unidos, descubrió que, en cada uno de ellos, las chicas pasaron más tiempo en las tareas de la casa que los chicos.

Las tareas de hombres y mujeres tienden a repartirse entre lo que sucede puertas adentro y afuera. Las mujeres hacen más trabajo adentro, como cocinar, limpiar y lavar la ropa, mientras que los hombres hacen más trabajos al aire libre, como cortar el césped o sacar la basura. Una investigación previa demostró que la misma división se da en las tareas de los niños.


“Las tareas son una práctica real para la vida adulta, por lo tanto, el problema es que se perpetúan a través de las generaciones”, afirmó Christia Spears Brown, profesora psicóloga en la Universidad de Kentucky, que estudia a los niños y el género.

Sin embargo, hay señales de que la brecha de género en las tareas está comenzando a reducirse, tal como pasa con los adultos. En un área en particular, el cuidado de los miembros de la familia, como los hermanos o los parientes mayores, los chicos están haciendo tanto como las chicas. Los investigadores dicen que esto podría tener influencia sobre las generaciones futuras, con chicos criados a los que se los prepara para cuidar a los miembros de la familia, que se transforman en padres más comprometidos.

Las chicas y los chicos pasan aproximadamente la misma cantidad de tiempo cuidando a miembros de la familia diariamente, según encontró Hofferth en su estudio. Esa es una brecha que se ha cerrado un poco durante la década pasada, cuando los chicos pasaban la mitad del tiempo que las chicas como cuidadores.


Los chicos son más cuidadores en el mundo. En el estudio internacional, también hubo poca diferencia de género en cuanto a la cantidad de tiempo que pasan los niños cuidando a miembros de su familia; y en un país, Noruega, los chicos pasan más tiempo haciendo esto que las chicas.

En otro estudio sobre tareas de la casa, que utilizó un conjunto de datos más reducido, hubo evidencia de que la brecha de género en las tareas también se fue reduciendo. El estudio demostró que los chicos entre 13 y 18 pasaron poco tiempo, menos de media hora en las tareas de la casa, mientras las chicas pasaron un poco más de media hora. El cambio estuvo en los chicos, quienes aumentaron su tiempo para hacer tareas de la casa en un 29 por ciento entre 2002 y 2014, mientras las chicas disminuyeron su tiempo en un 27 por ciento, de acuerdo con el Estudio del Panel de Dinámica de Ingresos en la Universidad de Michigan, que siguió a un grupo de familias desde 1968.

Esto refleja el cambio con los adultos. Los hombres casados ahora pasan 1,1 hora al día en las tareas de la casa, según se vio en el panel de Michigan, más que los 55 minutos en 1983. El tiempo que pasan las mujeres casadas en las tareas de la casa ha disminuido, aunque sigue siendo el doble del que pasan los hombres: 2,2 horas al día, menos de las 3,8 horas que solían pasar.


La manera en que se crían los niños moldea los roles que tomarán en la adultez, según la investigación.

Un estudio encontró que los hijos varones de las madres que trabajan pasan más tiempo en las tareas de la casa y el cuidado de los hijos cuando llegan a la adultez. Otro estudio encontró que la división de tareas entre los progenitores, en particular los padres que hacen tareas de la casa, predijo actitudes en los adultos jóvenes acerca de la división de tareas del hogar.

Las mujeres jóvenes autosuficientes económicamente podrían ver a los hombres que no comparten la carga de las tareas del hogar como compañeros menos atractivos, dijo Hofferth. Mientras tanto, dice, sus casas podrían estar más desordenadas: “Las parejas jóvenes probablemente contraten a alguien que haga las tareas del hogar, o vivan más en el caos y el desorden que sus padres”.