“5 CHEFS
LATINOAMERICANAS QUE VALE LA PENA CONOCER”
A pesar de ser la cocina un espacio tradicionalmente
femenino, la categoría de “chef” está más asociada a los hombres. Ellas dan
batalla, ganan premios, imponen una mirada propia.
El mundo de las ollas parece haber sido alcanzado por la
transformación social en términos de género. Mientras históricamente fue un
espacio reservado al mundo de la mujer, la valoración formal las dejó relegadas
por bastante tiempo. Sin embargo, los premios y reconocimientos comenzaron a
llegar, a la par de la profusión de líderes mujeres que imponen una mirada
propia de la cocina de este tiempo.
Mientras Michael Ellis, director internacional de las guías
Michelin, asegura que el género "no es algo que tengamos en cuenta, los
inspectores verifican la calidad de la cocina, no nos fijamos en el sexo, el
origen ni la edad", el recientemente fallecido Anthony Bourdain, se
preguntó en Twitter en algún momento, cuando comenzaron a evaluarse categorías:
“¿por qué en este momento de la historia necesitamos una mención especial a la
Mejor Mujer Chef? Como si fueran una curiosidad.”
Pía León
Virgilio Martínez y Pía León conducen el restaurante Central
en Lima, Perú, que está aliado a un proyecto sustentable llamado Mater
Iniciativa. A pesar de la construcción conjunta, Pía es para la mayoría
"la esposa de Virgilio". Ella rememora que cuando llegó por primera
vez a una entrevista de trabajo hace seis años, él sentenció: "no me gusta
trabajar con mujeres". "Él suponía que yo no iba a poder tolerar el
ritmo de la cocina", cuenta Pía. ¿Prejuicios?
Hoy Central, el restaurante, no sería posible sin todas las
manos que lo construyen.
La "señora"
de Bogotá
Leonor Espinosa es, antes que chef, economista. En 2007, la
revista Conde Nast Traveller catalogó a su restaurante como uno de los mejores
82 del mundo. En 2010, National Geographic Traveller lo incluyó en su propia
lista. Leo cuenta que, en más de una ocasión, "cuando he asistido como
invitada a escuelas de cocina junto con colegas varones, ellos son tratados
como ‘chef’ y yo como ‘señora'”.
"La" Carolina
La cocinera Carolina Bazán, chef y propietaria del
restaurante Ambrosía en Santiago de Chile: “Este es un rubro y un trabajo muy
sacrificado, duro y con horarios no compatibles con la vida familiar, por lo
que hay que escoger y, lógicamente, muchas mujeres escogen la vida familiar y
buscan un trabajo con horario compatible”. Bazán ha trasladado la vida familiar
a su restaurante. Su pareja, Rosario Onetto, es la sommelier de Ambrosía. “El
lugar desborda sencillez: ni siquiera hay una marquesina rimbombante en la
puerta. Apenas un cartelito con el nombre del establecimiento. Quienes quieren
venir, saben cómo llegar.
La primera mejor
Cuando el premio Veuve Clicquot a la mejor chef mujer del
mundo fue a parar, por primera vez, a las manos de una latinoamericana, fue la
brasileña Helena Rizzo quien levantó la mano. El galardón, según sus creadores,
“celebra la obra excepcional de una cocinera que produce deleite en el paladar
de los críticos más duros”. Rizzo nació en Porto Alegre, en el sur brasileño,
en 1978. Tuvo una incipiente pero prometedora carrera como modelo, cuando
apenas tenía 14, y hasta inició estudios universitarios de arquitectura. Más
tarde creó Mani, un sitio que capitaliza todo su saber y es su esencia en San
Pablo.
La dama del carrito
Roberta Sudbrack es emblema de superación. Su carrera de chef
comenzó en un carrito vendiendo hot dogs. Hoy, con el restaurante que lleva su
nombre en Brasil, que abrió en 2015, propone un menú con la alta calidad que la
representa, pero en un espacio amigable y relajado. Dijo por entonces en sus
plataformas sociales: “ya no creo en la forma; creo en el contenido".
Construye su emblema a partir de su propia personalidad: "mi lema ahora es
la libertad sobre todo".
En Argentina, en tanto, el fenómeno se despliega de manera
popular. Valentina Avecilla, chef de la Patisserie de Fleur de Sel, frente a la
idea de la rigidez necesaria para encarar un proyecto gastronómico dice que
"si bien es cierto que son necesarios el orden y la disciplina, no me
parece que sea una característica estrictamente masculina, sino una cuestión de
personalidad y que trasciende el género me parece".
Camila Pérez, responsable de La Tornería de Camila, afirma
que "hoy no hay diferencia alguna, tanto la mujer como el hombre se
encuentran en igual condición de llevar un trabajo, cualquiera que este
fuera". De hecho, las condiciones valorables en un chef no tienen nada que
ver con el género: "valoro su inquietud, sus ganas de llegar a más, de
conocer más, de investigar, de no quedarse en una simple y casual receta.
También su organización, rapidez y ser resolutivo".
Juliana Herrera Dappe, chef de Mada Patisserie asegura que
"siempre está el perjuicio de que falta carácter para dirigir y fuerza
física, como también el hecho de que muchas vamos a ser madres y tomar
licencias".
"Me gusta trabajar bajo una filosofía “hippie-militar”,
con disciplina, una bajada de línea y procedimientos, pero a la vez hay
compañerismo, comunicación, amor y regocijo", asegura Yamila Di Renzo,
chef patisserie de Alo’s, al ser consultada sobre el valor que siente que su
género aporta en la cocina.
En tanto Denisse Querol, chef de Williamsburg Burger Bar,
asegura que "la cocina es un espacio de la mujer desde siempre, ni bueno
ni malo, creo que no hay algo más o menos femenino, creo que la mujer tiene
otra mirada sobre lo que cocina y eso es lo interesante".
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