“ESTAS
6 MUJERES SE ENFRENTARON AL TECHO DE CRISTAL DE LA CIENCIA”
Desde la ganadora del premio Abel 2019 de las
matemáticas, Karen Uhlenbeck, hasta las cinco laureadas del premio
L'Oréal-UNESCO “Por las mujeres en la ciencia”. Historias de superación y de
encuentro con la pasión.
Sus disciplinas implican horas y horas de
investigación, aplicación, pruebas de laboratorio, cálculos y experimentos. A
estas pasiones complejas que les llevan la vida entera se le suma otra carrera
de obstáculos: el techo de cristal de la ciencia y la investigación en áreas
como física, matemáticas, informática, astronomía y química sigue siendo muy
contundente, solo el 29% de los investigadores son mujeres y en los roles
académicos superiores el número se reduce drásticamente al 11%. Además, sólo el
3% de los Premios Nobel de ciencia se han otorgado a mujeres. ¿Cómo
compatibilizar la vida de familia con una carrera académica? ¿Qué estímulo han
recibido por parte de sus padres? ¿Y de sus profesores?
En
busca del reconocimiento
Karen Uhlenbeck fue una de las que atravesó,
hace unos pocos días, estas expectativas tan desalentadoras para las mujeres en
las ciencias duras. A sus 76 años, la matemática ganó el Premio Abel (algo así
como el "Nobel" de las matemáticas), uno de los premios de prestigio
de esta materia junto con el Fields y el Wolf. Esos galardones, siempre negados
a las chicas que no llegan a completar las currículas esperadas, también son
económicamente impresionantes, 600.000 euros reconocieron toda una trayectoria.
Uhlenbeck trabaja en ecuaciones en derivadas
parciales, en donde intenta entender el fenómeno del electromagnetismo, pero su
trabajo incide en muchas otras áreas de la física. “Pertenezco a la primera
generación de mujeres que podían esperar una progresión profesional. Quizá no
igual que los hombres, pero las puertas ya no estaban cerradas. En las décadas
de 1960 y 1970, cuando se eliminaron las barreras legales para avanzar,
esperábamos que las mujeres y las minorías entrarían por las puertas y
ocuparían el lugar que les corresponde, al menos en el mundo académico. Quedó
demostrado que no era tan fácil, pero se ha conseguido un progreso tremendo, al
menos para las mujeres. Las jóvenes matemáticas de hoy son un grupo de talento
impresionante y diverso. Espero haber contribuido, a mi manera, junto a otras
personas, a abrir estas puertas cerradas y a mantenerlas abiertas de par en
par", dijo en una entrevista.
Las
laureadas de los cinco continentes
La doctora y física argentina Karen Hallberg
(54) ganó hace unos días el premio L´Oréal-Unesco "Por las mujeres de la
ciencia". Este gran incentivo que otorga la Fundación a sus laureadas,
desde hace más de 20 años, redunda en un reconocimiento económico de 100.000
euros. Ella fue elegida en representación de América Latina gracias a su labor
trascendente en física teórica, su trabajo implica una contribución importante
para comprender los sistemas nanoscópicos y los comportamientos inesperados de
la matera a nivel subatómico como superconductividad y magneto resistencia. En
sus declaraciones, Hallberg no se cansa de resaltar cómo la ciencia necesita a
las mujeres, aclarando que "la física es una de las carreras que,
lamentablemente, tiene la menor participación de las mujeres". Cuando le
preguntamos por la cuestión de género, ella aclaró que la crianza de hijos
pequeños interfiere en muchos casos para llegar a los escalones más altos. Por
eso, el apoyo del Estado (con instituciones y salas de primera infancia y
licencias tanto maternales como paternales) es fundamental.
"El mundo las necesita" fue una
frase largamente usada a lo largo de toda la ceremonia de premiación del 14 de
marzo en la sede de la UNESCO en París, e invita a las jóvenes y aun a las
niñas, a animarse, a elegir y atravesar los prejuicios que giran en torno a las
ciencias duras.
"Sentí que para seguir física tenía que
desafiar el sistema, ser una heroína. Tuve que bajar estereotipos, hacer mucha
fuerza en esta dirección, porque no era normal, y eso no está bueno, porque
deja afuera a muchas", dijo en una entrevista a Crece Mujer.
Najat Aoun Saliba es química analítica y
trabaja en la Universidad de Beirut (Líbano). Su trabajo es pionero en la
identificación de agentes cancerígenos y otros contaminantes tóxicos ligados a
los cigarrillos electrónicos en Medio Oriente. Sus descubrimientos sobre los
niveles de contaminación en el aire alertan a los gobiernos, las organizaciones
y comunidades. Ella está interesada en que sus investigaciones promuevan
políticas públicas en función de proteger la salud de los ciudadanos.
"Siempre tuve una gran pasión por conocer, para mí medir es conocer. Veo
el agua o el aire y quiero saber de qué está compuesto, por eso amo la química
analítica".
Considera que es difícil ser una científica
en su país, porque luego de terminar la carrera las posibilidades de conseguir
un trabajo son reducidas, los países subdesarrollados no estimulan la
investigación. "Es más difícil aun, ser una mujer científica", dice.
Cree que el conocimiento empodera a las personas, y por eso intenta que sus
investigaciones tengan impacto social. "Podemos elegir la comida que
comemos, los lugares donde habitamos, si estamos despiertos y conscientes y si
tenemos la información adecuada", concluye.
La profesora Maki Kawai fue reconocida por su
trabajo innovador en la manipulación de moléculas a nivel atómico, para
transformar y crear materiales innovadores. Su investigación fue una gran
contribución para establecer las bases de las nanotecnologías a la vanguardia
de los descubrimientos de nuevos fenómenos químicos y físicos que pueden
abordar problemas ambientales críticos, como la eficiencia energética. Ella
asegura que "es importante tener un sueño y moverse hacia él de manera
positiva y con coraje en cada paso".
La profesora Ingrid Daubechies es una
apasionada de las matemáticas, una entusiasta, y eso contagia en cada palabra.
Su materia de investigación es el tratamiento numérico de imágenes mediante
algoritmos estándar y flexibles para la compresión de datos. Ella observa que
la vida de una investigadora no es aburrida, sino que está llena de desafíos en
el camino. La mirada de las mujeres sobre estas materias -según la científica-
es esencial y contribuye a la diversidad.
La profesora Claire Voisin es investigadora
en el el Collège de France y en el CNRS (Centro Nacional de Investigación
Científica de Francia), fue reconocida por su excelente trabajo en geometría
algebraica. Ella confiesa que no experimentó una discriminación de género
durante su carrera en carne propia, pero reconoce que muchas mujeres no
obtienen el reconocimiento que se merecen y que su trabajo es frecuentemente
devaluado. "Creo que las mujeres tienen que hacer más esfuerzo que los
varones, en particular en el comienzo de sus carreras, para ser consideradas
investigadoras serias", comenta.
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