lunes, 31 de julio de 2017


“EN MEXICO, 2 DE CADA 3 MUJERES HAN SUFRIDO VIOLENCIA DE GENERO; EL PRINCIPAL AGRESOR, LA PAREJA”

Esa apreciación coincide con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) que señalan que Los resultados de un estudio de Gabinete y Comunicación Estratégica (GCE) muestran que 41.7 por ciento de los mexicanos percibe a los hombres como los principales responsables de la violencia de género.

La violencia de género es una práctica social ampliamente extendida en México, ya que 63 por ciento de mujeres de 15 años y más ha experimentado al menos un acto de este tipo y en la mayoría de los casos el agresor es la pareja de la víctima.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define la violencia contra la mujer como todo acto que cause “un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.


De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDRH) 2011, los agresores, en la mayoría de los casos, se encuentran en el entorno y relaciones cercanas de las víctimas.

Los resultados de un estudio de Gabinete y Comunicación Estratégica (GCE) muestran que 41.7 por ciento de los mexicanos percibe a los hombres como los principales responsables de la violencia de género.

Esa apreciación coincide con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) que señalan que Los resultados de un estudio de Gabinete y Comunicación Estratégica (GCE) muestran que 41.7 por ciento de los mexicanos percibe a los hombres como los principales responsables de la violencia de género.

La encuesta de la casa consultora, aplicada vía telefónica a 600 personas de todo el país, refiere que para 3.7 por ciento el problema se origina en la pareja; 1.7 por ciento en la familia.


Sin embargo, las Naciones Unidas ha reconocido que la violencia contra las mujeres o de género es un problema de salud pública; una práctica aprendida, consciente y orientada, producto de una organización social, estructurada sobre la base de la desigualdad de género.

El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) señala en su texto “Violencia contra las mujeres: un obstáculo crítico para la igualdad de género”, que las luchas de las organizaciones de mujeres han permitido poner el tema en la agenda pública y posibilitado una mejor conceptualización y tratamiento de este problema.

“En un inicio el tipo de violencia que más comúnmente se denunciaba era la física y sexual. Hoy en día la interpretación incluye otras modalidades y otros tipos de violencia que, en conjunto, expresan la situación de vulnerabilidad de las mujeres”, refiere el documento.

Al recopilar la percepción de los entrevistados sobre qué tipo de violencia se da más, GCE reveló que 50.9 por ciento señaló de los consultados señaló que la psicológica, 32.6 por ciento afirmó que la física y 12.3 por ciento, la sexual.

Ante ese panorama, en diversos países del mundo se han implementado legislaciones, acciones y políticas públicas para prevenir y afrontar las consecuencias de la violencia de género.

En México se cuenta con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia desde diciembre de 2006, la cual obliga al Estado a mexicano a intervenir de forma directa para evitar la violencia contra las mujeres conforme a los principios de igualdad y no discriminación.

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra el 25 de noviembre, lanzó la campaña “ÚNETE” que invita a unirse a la iniciativa “Pinta TU barrio de naranja”, con el color naranja para simbolizar un futuro más esperanzador sin violencia.

viernes, 28 de julio de 2017


“5 MUJERES EXITOSAS EN EL DEPORTE”

MUJERES DE ORO, PLATA Y BRONCE.

Las mujeres en el deporte siempre han sido ejemplo de fortaleza tanto física como espiritual;  son modelos a seguir por niños y adultos tanto en su disciplina como en su estilo de vida. En la actualidad hay figuras que brillan por su talento y habilidad, rompiendo récords mundiales y ganado medallas en los diferentes campeonatos alrededor del mundo.


Te presentamos a las más sobresalientes de los últimos años.


Lorena Ochoa (México) – Es considerada la mejor golfista mexicana de todos los tiempos. En la temporada 2007 ganó 8 torneos y también fue campeona del mundo. En 2010 a anunció su retiro, noticia que sorprendió a todos sus seguidores y colegas. Actualmente dirige una fundación que lleva su nombre, la cual apoya a niños de escasos recursos.



Yelena Isnbáyeva (Rusia) – Poseedora del récord mundial desde 2003 y hasta 2012 en pista cubierta y al aire libre. Ha ganado las medallas de oro y bronce en tres juegos olímpicos diferentes. Es un ícono del atletismo mundial y muy especialmente en su país de origen.


Caster Semenya (Sudáfrica) – Atleta sudafricana que en 2009 estableció una marca mundial en los 800 mts planos y el mismo año ganó el Campeonato Mundial de Atletismo celebrado en Berlín. Participó en los juegos olímpicos de Londres 2012 obteniendo la plata. Fue blanco de una controversia debido a las dudas que giraban en torno a su sexo por los niveles de testosterona que ella presentaba. Todo fue aclarado y pudo seguir compitiendo en su categoría sin problema alguno.


Paola Espinosa (México) – Se convirtió en campeona del mundo en el año 2009 en Roma y siendo la primera mujer mexicana en conseguir este título. Ha participado en los juegos olímpicos de Beijín y Londres obteniendo las medallas de bronce y plata respectivamente en la categoría de sincronizados.


Gabrielle Douglas (E.U.) – Es la primera gimnasta afroamericana en obtener el oro olímpico en Londres 2012. Inició su carrera a la edad de 6 años y también participó en el mundial de gimnasia celebrado en Tokio en 2011 quedando en primer lugar en la competencia por equipos.





jueves, 27 de julio de 2017


 “SER MUJER, DEPORTISTA Y MEXICANA”

Paola Longoria, Paola Espinosa, Analicia Ramírez y Ana Lago nos cuentan su historia de superación.

Comenzaré por decir que no considero que una gran mujer deba estar detrás de un gran hombre, ni de nadie.

Y sin sonar feminista o demeritar los logros de los hombres mexicanos involucrados en el deporte, las mujeres, son estas grandes exponentes que solo han estado detrás de sus sueños.

Atletas y profesionistas ligadas al deporte, que han convertido el hecho de ser mujeres en su mejor presentación, aunque el camino no haya sido fácil. Son ellas las que hoy opinan sobre su camino y las dificultades que han librado para tocar la gloria deportiva.


“Yo creo que sí es un poco difícil ya que se reconoce más al hombre pero ya en estos tiempos la verdad las personas ya están reconociendo más”, mencionó la gimnasta  Ana Lago y agregó:

“El esfuerzo y los logros de las mujeres deportistas, se está viendo un igual entre los dos géneros y eso es bueno porque así,  ya están volteando a ver más a las mujeres, y en general nos están respetando más,  antes eso no se veía.  Se están dando cuenta que las mujeres también somos fuertes como deportistas que sabemos trabajar duro para lograr nuestras metas”.

“Ser mujer deportista mexicana no es difícil, pero si es raro se puede decir, porque  siguen viendo el deporte como para hombres un poco. En el caso del remo lo primero que te dicen es que te pones muy ‘marcada, muy grande, como hombre’". 

Entonces es un privilegio ser una mujer exitosa, haber puesto el nombre de México en alto en Juegos Panamericanos, Centroamericanos, en el Mundial Universitario que quedé tercer lugar y es una forma de enseñar que las mujeres deportistas mexicanas si podemos hacer algo por nuestro país por el simple hecho de ser mujer, se puede hacer algo”, dijo Analicia Ramírez, de la selección mexicana de remo.


“Yo estoy convencida de que las parejas tienen que ser como dice la palabra ‘parejas’, tienen que ser los dos grandes, los dos tienen que creer en lo grande. Yo afortunadamente estoy con un gran hombre que es Patrick Loliger (seleccionado nacional de remo) y él es un gran hombre y hemos hecho un gran ‘match’ y es increíble vivir los mismos retos, fracasos y triunfos”, agregó.

Por su parte la raquetbolista Paola Longoria, actual número uno del ranking mundial opinó: “Lo más difícil como mujer es ver que los premios económicos de los torneos de los hombres siempre son mejores, pero en los últimos torneos hemos peleado porque sean iguales y vamos mejorando en eso; siempre es difícil sobresalir en un deporte pero siempre lo he dicho que con pasión y disciplina se pueden lograr las cosas”

“¡Bendito Dios! siempre he tenido la oportunidad de contar con el apoyo de mi familia y patrocinadores para salir adelante en mi carrera deportiva”, finalizó.


La medallista olímpica y mundial Paola Espinosa, también compartió lo siguiente:

"Pocos saben los obstáculos que encuentras en el camino: el rechazo o la discriminación, el racismo, la xenofobia, homofobia y el sexismo, diferentes formas de violencia social que se llegan observar en el deporte.
Conductas que al principio resultan incomprensibles en ocasiones parecen bloquear tu camino, pero que al final, te ayudan a forjar tu carácter y se convierten en experiencias que te ayudan a enfrentar un ‘no’ y cambiarlo por un ‘si’".

"Los clavados, por muchos años, fue un deporte en el que destacaban solo hombres. Las mujeres sí tenían participación, pero muy pocas eran las que habían logrado resultados internacionales de relevancia. Personalmente agradezco la brecha que abrieron mujeres exitosas en el deporte mexicano como, Soraya Jiménez y Ana Guevara”, concluyó.

Existen muchas historias de mujeres exitosas que han convertido al deporte de alto rendimiento en parte de su vida, historias dignas de contar. Estas solo son algunas estrellas que forman parte de ese firmamento que hoy en día, la estadística nos dice que son ellas: ¡las mujeres! por las que México ha subido en más ocasiones a podios internacionales, y sí, incluso, más veces que los hombres.

Lo mejor de todo, es que todas continúan soñando, aprendiendo de las caídas, pero sobre cualquier cosa, conscientes de que cada fracaso es una nueva oportunidad de levantarse y volver a ganar.



miércoles, 26 de julio de 2017


“LA MUJER DA LA CARA POR EL DEPORTE MEXICANO”


Fortaleza mental, superación continua y sentido de pertenencia son algunas de las cualidades que las atletas han demostrado una y otra vez en los procesos olímpicos. Las mujeres se han convertido en las protagonistas de la delegación mexicana desde hace ocho años.


Fortaleza mental, superación continua, sentido de pertenencia y cooperación son algunas de las cualidades que las atletas han demostrado una y otra vez en los procesos olímpicos. Las mujeres se han convertido en las protagonistas de la delegación mexicana desde hace ocho años.

El camino no fue sencillo. Tuvieron que sobreponerse al machismo mexicano y a la escasez de oportunidades en el deporte nacional. Pero la perseverancia las colocó en el primer plano y en cada competencia entregan metales, oros y campeonatos, que incluso no son pronosticados en un inicio.

Para Nancy Contreras, un referente en el ciclismo femenino en la última década que participó en los Juegos Olímpicos de 1996 y 2004, las deportistas se diferencian de los hombres por su tenacidad. “Son más dedicadas, más enfocadas a cumplir su objetivo, no se detienen hasta lograrlo”.


La idiosincrasia de las mujeres mexicanas favorece, en gran parte, a que en las últimas competencias internacionales hayan dado la cara por México. Aún en la actualidad, las atletas se han tenido que sobreponer a las dificultades que la sociedad les ha impuesto.

Nombres hay muchos: Paola Espinosa, Paola Longoria, María del Rosario Espinoza, Cynthia Valdez, todas ellas se encuentran dentro de la elite de su especialidad. Los pasados Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 son un claro ejemplo del poderío de las féminas: de las 133 medallas que se cosecharon, 70 fueron conseguidas por las mujeres y 61 por los varones, a pesar de que en la competencia se registraron a menos mujeres (275 por 363 hombres).

EL ESTADO MENTAL PUEDE HACER LA DIFERENCIA

La forma mental con la que llegan los atletas es igual o más importante que la preparación física y las aptitudes desarrolladas durante el entrenamiento. La fortaleza mental de las mujeres ha jugado un papel importante en las competencias.


LOS OBSTÁCULOS FORJAN A LAS MUJERES

La ciclista Nancy Contreras, ex campeona del mundo en los 500 metros contrarreloj de 2001, confiesa que los inicios de su carrera fueron complicados. Debido a las escasas competiciones de su género tuvo que competir en carreras con hombres.

“Temían correr a mi lado, pensaban que los tiraría”, recuerda Contreras. Pero el esfuerzo valió la pena: tres medallas en igual número de Juegos Panamericanos y dos participaciones en Juegos Olímpicos (1996 y 2004) respaldan la carrera de la pionera del ciclismo mexicano.

Un factor que favorece el éxito en el deporte de las mujeres es su arraigado amor por la tierra en la que nacieron. “El hombre tiene menos sentido de pertenencia que la mujer, que siempre ha estado ligada a la tierra donde vive ella cuenta con una mayor emoción patriota, como consecuencia es más fácil que existan mercenarios hombres que mujeres”, asegura el doctor Octavio Rivas.

Además de saber manejar los momentos de tensión, los especialistas concuerdan en que las deportistas se han trazado metas sin temor a cumplirlas. “Una tendencia es que el hombre quiere demostrar demasiado en lugar de sólo ser, en cambio la mujer transforma la presión en reto”, dice Claudia Rivas. “A nivel de medallas se han comprometido más a largo plazo con ellas mismas y con el deporte”, concluye la psicóloga de la selección mexicana de canotaje.

martes, 25 de julio de 2017


 “LAS MUJERES DOMINAN EL DEPORTE MEXICANO EN EL SIGLO XXI”

El abrirse paso en todos los órdenes de la vida para la mujer ha sido toda una lucha de largo tiempo. En el deporte no es la excepción, y aunque tardó en trascender, en la actualidad es indiscutible su penetración.

El abrirse paso en todos los órdenes de la vida para la mujer ha sido toda una lucha de largo tiempo.   En el deporte no es la excepción, y aunque tardó en trascender, en la actualidad es indiscutible su penetración, hoy, las vemos desde meter un gol en el futbol hasta conectar un jab en el boxeo.   Para México su presencia en la actividad física es un bálsamo porque gracias a ellas nuestro país tiene representación internacional en varias disciplinas, y para no ir tan lejos, en las últimas dos ediciones de los Juegos Olímpicos, Atenas 2004 y Beijing 2008, la aportación femenina en medallas es de 71.4 por ciento, es decir, de las siete preseas, cinco son obra de mujeres.

En Atenas 2004, las medallas fueron producto de Ana Gabriela Guevara en atletismo (Plata), Belem Guerrero, ciclismo (Plata), Iridia Salazar, taekwondo (Bronce), mientras la de los hombres fue de Óscar Salazar, taekwondo (Plata). En Beijing 2008, las preseas las consiguieron María del Rosario Espinoza, taekwondo (Oro), Paola Espinosa y Tatiana Ortiz, clavados sincronizados (Bronce) y Guillermo Pérez, taekwondo (Oro).   Y es curioso que en un país "machista" como México la mujer tenga un protagonismo determinante en la vida deportiva. Una contundencia que inició la levantadora de pesas, Soraya Jiménez, al ganar en Sydney 2000 la primera medalla de oro para una mujer mexicana en Juegos Olímpicos.
No obstante de que México tuvo a la primera mujer en encender un pebetero olímpico con Enriqueta Basilio en los Juegos de 1968, y sin menoscabo de las primeras medallas femeniles alcanzada en dichos Olímpicos por la esgrimista Pilar Roldan (Plata) y María Teresa Ramírez en natación (Bronce); el acontecimiento del oro de Soraya es el parteaguas que necesitó la mujer mexicana para involucrarse de lleno al deporte como una actividad profesional. En el ámbito del deporte profesional no se puede dejar de mencionar a la golfista Lorena Ochoa, mostrando al mundo que la mujer mexicana puede colocarse en los primeros planos de cualquier competencia por más elite que ésta pueda ser.   Por supuesto, existen otras atletas mexicanas que contribuyeron en gran forma para abrir brecha en el deporte nacional, tal es el caso de Nancy Contreras en ciclismo o una Aurora Bretón en el tiro con arco.  

En la actualidad es imposible entender la evolución del deporte mexicano sin la presencia de la mujer. La furia y tenacidad para competir tiene a damas como Paola Espinosa en boga, María del Rosario Espinosa y Lorena Ochoa en el corto pasado y Ana Gabriela Guevara en la primera mitad de la década del 2000, como los rostros visibles en el concierto internacional del deporte nacional.   No se pueden olvidar a las reinas de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 como Paola Longoria en racquetbol, ganadora de tres medallas de oro; Samantha Terán en squash; Marisol Romero, atletismo; Alejandra Valencia, tiro con arco, y Cynthia Valdez, gimnasia rítmica, con dos oros cada una de ellas.  
En el resultado histórico de México en los Juegos de Guadalajara 2011, de las 133 preseas alcanzadas, 70 fueron producto de mujeres con 20 oros, 22 platas y 28 bronces, desde luego debemos añadir que de los 638 deportistas, 275 fueron mujeres, dato que en porcentaje (43.10 por ciento) resalta todavía más su participación en cuanto a resultados.   Si bien es cierto que la mujer escaló lugares importantes en la cancha y las pistas, también es importante decir que no han logrado dar ese paso hacia posiciones político-deportivas. De las 26 Federaciones Mexicana de Deportes del ciclo olímpico sólo dos, el 7.6 por ciento, están dirigidas por ellas, que son la de tiro con arco.

lunes, 24 de julio de 2017


“9 DEPORTISTAS MEXICANAS DESTACADAS”



PAOLA LONGORIA

Es considerada la mejor raquetbolista del orbe. Una mujer acostumbrada a ganar, es de las mexicanas más destacadas en el mundo. Pues en su carrera logró un invicto de 3 años 5 meses y 18 días logrado entre los años 2011 y 2014.

A sus 25 años es la número uno del mundo, tiene 8 campeonatos nacionales, 3 títulos y mundiales de dobles, 3 oros Centroamericanos, 3 oros Panamericanos y fue galardonada con el Premio Nacional del Deporte 2010.



MARÍA DEL ROSARIO ESPINOZA

María del Rosario Espinoza se convirtió en la segunda deportista mexicana, después de Ernesto Canto, que ha ganado todas las competencias del llamado 'ciclo olímpico' (doble medallista en olímpicos, campeona centroamericana y campeona panamericana, además de campeona mundial), poniendo a México en lo más alto, además de escribir con letras de oro su nombre en la historia de las atletas más destacadas del país.

Gracias a la brillante trayectoria de María, la disciplina se ha convertido en una de las más demandadas por jóvenes de todo el país, que al ver como cada patada y cada grito de esfuerzo valen la pena para llegar a lo más alto de cualquier podio.


ANA GABRIELA GUEVARA

Fueron 48.89 segundos que cambiaron la historia de México, 48.89 segundos que impulsaron a millones de mexicanas, y mexicanos, a cumplir sus sueños y escalar posiciones mientras en la pista de atletismo del Mundial de París en 2003, Ana Gabriela Guevara Espinoza hacía historia convirtiéndose en la mejor velocista de los 400 metros en el mundo. Además, obtuvo la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

Considerada la mejor atleta mexicana de la historia, la trascendencia de los logros de la nogalense fue más allá de las pistas y ayudó a la concepción de una nueva mujer en su nación y que forjó el nuevo modelo de la deportista mexicana.


PAOLA ESPINOSA

La dos veces medallista olímpica en clavados sincronizados (bronce en Beijing 2008 y plata en Londres 2012) se convirtió en referente mundial después de sus numerosos logros en la disciplina.

Fue además campeona mundial en Roma 2009 y seis veces medallista de oro en Juegos Panamericanos. Debido a estos y otros numerosos logros fue designada abanderada para la delegación mexicana en Beijing 2008.




AIDA ROMAN

Uno de los orgullos deportivos en la rama femenil en nuestro país es Aida Román, quien ha convertido a México en una de las potencias en tiro con arco individual. La capitalina de 26 años de edad es un verdadero ejemplo para las deportistas mexicanas por su dedicación y tenacidad en competencias de primer nivel que la llevaron a ser reconocida a nivel internacional.

Fue premiada como la Mejor Arquera del 2014 en la especialidad de arco recurvo en un evento en Las Vegas, Nevada, un premio otorgado por la Federación Internacional de Tiro con Arco. Alcanzó el podio olímpico en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 al obtener la medalla de plata.


SORAYA JIMÉNEZ

Nacida en Naucalpan, Estado de México, Soraya Jiménez, a los 27 años, pasó a la posteridad al convertirse en la primera mujer mexicana que obtuvo una medalla de oro en Juegos Olímpicos (Sydney 2000), al levantar un peso de 225 kilogramos.

Un ataque al corazón la condujo a la muerte el 18 de marzo de 2013. Para ese tiempo, Soraya ya llevaba 14 operaciones de rodilla, la pérdida de un pulmón y cinco paros cardiorrespiratorios.


MARIBEL DOMÍNGUEZ

Hablar de la futbolista Maribel Domínguez es hablar de la referente femenina del Futbol Mexicano en los últimos tiempos. Poseedora de un enorme talento para el balompié, "Marigol" causó época al ser la considerada para jugar en un equipo profesional varonil. Desde temprana edad formó parte de diferentes equipos de hombres, haciéndose pasar por miembro del sexo masculino y conocida como Mario Domínguez.

En el 2006 fue designada por la FIFA como la sexta mejor jugadora del mundo, al terminar su contrato con Barcelona, "Marigol" fichó para el conjunto de Euromat Estartit de la Segunda División y con 22 goles logró ayudar al equipo a ascender al máximo circuito femenil en España.




KARLA WHEELOCK

Karla Wheelock Aguayo se convirtió en la segunda mexicana en subir la montaña más alta del planeta, el Monte Everest, de 8 mil 848 metros sobre el nivel del mar y fue la primera en hacerlo por el lado Norte, el más peligroso que tiene la montaña.

El 27 de mayo de 1999 se convirtió en la primera latinoamericana en escalar las llamadas Siete Cumbres, que consiste en escalar las cimas más altas de cada continente: Aconcagua (6,962 metros sobre el nivel del mar), en América del Sur; el Monte Elbrus (5,642 msnm), en el Cáucaso ruso; el Monte Everest (8,848 msnm), en Asia; la Montaña Kilimanjaro (5,893 msnm), en África; el Monte Kosciuszko (2,228 msnm), en Australia; el monte McKinley (6,198 msnm) en Alaska y el Monte Vinson (4,892 msnm), en la Antártida.


NORA TOLEDANO

La primera mujer latinoamericana y sexta mundial en hacer un cruce de ida y vuelta al Canal de la Mancha en 1994, al nadar durante 23 horas y 38 minutos sin descanso. Realizó finalmente once cruces en la misma sede (seis individuales y cinco en relevos).

Su trayectoria en un deporte de alto riesgo le llevó a ingresar al Salón de la Fama Internacional de Natación el 11 de mayo de 2007. Es la segunda mexicana en recibir dicha distinción en Fort Laurderdale, Florida. En México, cuatro veces fue nominada al Premio nacional del Deporte.

viernes, 21 de julio de 2017


“LA PARTICIPACION POLITICA DE LAS MUJERES MEXICANAS”

Desde la reforma constitucional de 1953 que otorgó a las mujeres mexicanas el derecho al sufragio, se entendió que la mera igualdad formal era insuficiente para lograr una mayor equidad entre hombres y mujeres en el ámbito político.

En nuestro país, la reforma constitucional de 1953 que otorgó a las mujeres el derecho al sufragio constituye uno de los acontecimientos más importantes para buscar la equidad de género en la vida política. Con el reconocimiento a nivel federal del derecho de voto a las mujeres, se vivió un gran avance democrático que generó una situación de igualdad constitucional. Sin embargo, con el tiempo se hizo evidente que las mujeres siguieron enfrentándose a una serie de obstáculos que las ponían en desventaja frente a los hombres cuando intentaban participar activamente en la vida pública del país. Se entendió entonces que la mera igualdad formal era insuficiente para lograr una mayor equidad entre hombres y mujeres en el ámbito político y, de esta forma, comenzaron a concebirse acciones afirmativas para perseguir esa equidad.


En 1993, por ejemplo, el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) recomendaba que los partidos “promovieran una mayor participación de las mujeres en la vida política del país”. Esta disposición no dejaba de ser una mera declaración de buena voluntad, pero, a pesar de ello, el hecho de que por primera vez se buscara abrir el camino a la reivindicación electoral del voto pasivo de las mujeres en un ordenamiento federal tuvo efectos positivos. Prueba de lo anterior es que, en la lvi Legislatura, el porcentaje de mujeres pasó del 8% a casi un 14% de participación en la Cámara de Diputados, y del 4% a un 13% en la Cámara de Senadores. No obstante, por muy diversas causas, el interés por el voto pasivo de las mujeres fue perdiendo su impulso inicial y no fue sino hasta 1996 cuando este tema se volvió a situar en el centro de la discusión de los partidos políticos, a través del establecimiento de cuotas de género. Ese año se aprobó una reforma en la que se señalaba que, en sus estatutos, los partidos políticos considerarían que las candidaturas a diputados y senadores para un mismo género no excedieran el 70% del total.

Más tarde, en 2002, en el apartado B del Artículo 75 del Cofipe, se estableció que las listas de representación proporcional se integrarían por segmentos de tres candidaturas y que, en cada uno de los tres segmentos de cada lista, habría una candidatura de género distinto. Además, en el apartado C del mismo Artículo, se enunció, por primera vez, un sistema de sanciones para los partidos que no cumpliesen con el mandato de la ley.

Otra de las acciones legislativas para favorecer la equidad de género en la vida pública sucedió en 2008. A partir de ese año, el Cofipe señaló que al menos el 40% de los candidatos propietarios del total de solicitudes de registro —tanto para las candidaturas a diputados como a senadores que presenten los partidos políticos o las coaliciones ante el Instituto Federal Electoral (IFE)— deberían integrarse con personas de un mismo género, procurando llegar a la paridad. Asimismo, el Cofipe estableció que las listas de representación proporcional deberían integrarse por segmentos de cinco candidaturas y que, en cada uno de los segmentos de cada lista, habría dos candidaturas de género distinto, de manera alternada.


Las cuotas han contribuido sensiblemente a obtener una mayor representación descriptiva en los órganos legislativos federales, pero los cambios no han sido tan evidentes en el contexto global de la producción legislativa y de la participación de las mujeres en la vida política. En México, si bien la presencia de las mujeres en los órganos legislativos aumentó con las cuotas de género, aún existen muchos ámbitos de la vida pública en los que no existe una verdadera equidad entre hombres y mujeres. En este sentido, cabe preguntar si sería recomendable impulsar reformas legales para que la integración de los órganos colegiados de los organismos electorales federal y estatales se ajuste a una proporción de un máximo de 60% y un mínimo de 40% de consejeros del mismo género, para que su conformación sea congruente con la actual cuota en el registro de candidaturas a cargos de elección popular que establece el Cofipe. También cabe preguntar cómo es posible que el órgano que vigila el cumplimiento de cuotas o paridad de género carezca de ello en su integración. Es más, ¿no debería incluirse la acción afirmativa de cuota de género también para la constitución de tribunales electorales, órganos judiciales y organismos autónomos?

A fin de que la participación política de las mujeres no sea simplemente descriptiva, sino que se convierta en una representación sustantiva a través de la cual las mujeres tengan una mayor participación en la construcción de la agenda política nacional, además del establecimiento de las cuotas, se han llevado a cabo acciones que buscan fortalecer el liderazgo político de las mujeres. Una de ellas es dar financiamiento para apoyar la participación política de este grupo de la población, ya que ahora el Cofipe establece que cada partido político debe destinar anualmente el 2% de su financiamiento público ordinario para la capacitación, promoción y desarrollo del liderazgo político de las mujeres [Artículo 78, párrafo 1, inciso A), fracción v)]. El uso de estos recursos es fiscalizado por la Unidad correspondiente del IFE a partir de los informes anuales de ingresos y egresos que los partidos políticos presentan al Instituto. Además, los datos que contienen dichos informes forman parte de los siguientes dos documentos que, cada año, se ponen a consideración del Consejo General del IFE para su aprobación: a) el Dictamen Consolidado respecto de la Revisión de los Informes Anuales de Ingresos y Gastos de los Partidos Políticos Nacionales, y b) el Proyecto de Resolución del Consejo General del IFE sobre las Irregularidades Encontradas en la Revisión de los Informes Anua- les de Ingresos y Gastos de los Partidos Políticos Nacionales. Estos documentos, elaborados por la Unidad de Fiscalización, aportan datos importantes sobre la forma como que se aplican los recursos destinados a la capacitación, la promoción y el desarrollo del liderazgo político de las mujeres, y ofrecen también la oportunidad de formular algunas propuestas que ayudarían a lograr que la finalidad de la reforma del Artículo 78 se cumpla, ya que, muchas veces, los partidos políticos no aplican de manera adecuada los recursos destinados al desarrollo del liderazgo de las mujeres.


Una propuesta en este sentido sería crear un rubro específico en el Dictamen Consolidado elaborado por la Unidad de Fiscalización del IFE para incluir la información muestral comprobatoria de las actividades de educación y capacitación política de las mujeres. Al respecto, el Reglamento para la Fiscalización de los Recursos de los Partidos Políticos Nacionales señala, en su Artículo 19.7, que las “pólizas del registro de los gastos deberán acompañarse de los comprobantes correspondientes debidamente vinculados con la actividad de que se trate, así como con las muestras o evidencias de la actividad que demuestren que ésta se realizó y que en su conjunto señalarán, invariablemente, las circunstancias de tiempo, modo y lugar que los vinculen con cada actividad”. Lo anterior significa que es obligación de los partidos políticos proporcionar al auditor las muestras o evidencias de las actividades que llevan a cabo con el fin de promover y desarrollar el liderazgo político de las mujeres (como convocatorias a los eventos, programas, listas de asistencia, productos impresos, publicidad o fotografías, entre otros). Durante el trabajo de fiscalización, por tanto, el auditor debe tener a la vista las evidencias necesarias que acreditan el empleo de los recursos destinados al desarrollo político de las mujeres. Sin embargo, esto no se plasma en el Dictamen Consolidado que emite la Unidad de Fiscalización al final de cada auditoría, por lo que resulta poco clara la forma en que los partidos erogaron dichos recursos. Sobre el particular, valdría la pena analizar la pertinencia de que, una vez concluido el trabajo de auditoría, la Unidad de Fiscalización determine que la información muestral se extraiga de los papeles de trabajo del auditor para plasmarla en un rubro específico del dictamen, a efecto de dejar claramente establecida la forma como los partidos han apoyado y dado cumplimiento a la obligación establecida por el Cofipe. De esa manera, las acciones y actividades bien ejecutadas y debidamente comprobadas por algún partido político se replicarían en los demás.

Otra propuesta en este ámbito sería especificar el destino de las multas aprobadas por el Consejo General a los partidos políticos que no acrediten haber cumplido con la obligación señalada en el Artículo 78, párrafo 1, inciso A), fracción v) del Cofipe. Ello porque, de acuerdo con la legislación electoral, aquellos partidos que no destinen el 2% de su financiamiento público ordinario a la capacitación, promoción y desarrollo del liderazgo político de las mujeres se hacen acreedores de una sanción, pero no hay modo de asegurar que los recursos económicos obtenidos al aplicar estas sanciones se destinen al objetivo al que, en principio, se debía dirigir el financiamiento. Por ejemplo, el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2010 señala, en su Artículo 51, que las sanciones eco- nómicas derivadas del régimen disciplinario de los partidos políticos que aplique el IFE deben ser reintegradas a la Tesorería de la Federación, y que los recursos obtenidos por este concepto se destinarán, en los términos de las disposiciones aplicables, al Ramo 38, esto es, al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y a los Centros Públicos de Investigación. Estos recursos deben destinarse a actividades sustantivas y a proyectos científicos, pero en ninguna disposición se establece que dichas actividades tengan que estar relacionadas con la capacitación, la promoción y el desarrollo del liderazgo de las mujeres.


Por lo que hace a la capacitación para un verdadero liderazgo político de las mujeres, debe decirse que no es suficiente la simple preparación doctrinal, sino que resulta necesaria la creación de talleres, diplomados o cursos que formen mujeres líderes, en los que sean las propias ciudadanas quienes expresen su punto de vista y aporten su experiencia al participar en actividades realizadas en coordinación con universidades, institutos, centros de investigación, cooperativas o empresas, entre otras entidades.

En materia de capacitación, debe mencionarse que el IFE no ha permanecido ajeno a la búsqueda de una mayor equidad. Al respecto, con el propósito de combatir la discriminación por razones de género y fortalecer en la sociedad mexicana el valor de la participación ciudadana en igualdad de condiciones entre géneros, el IFE ha desarrollado distintos programas para reducir la brecha que existe entre hombres y mujeres en materia de participación política. Prueba de ello es el concurso nacional de campañas ciudadanas de “Promoción del voto 2009 en igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres”, mediante el cual se otorgó apoyo financiero a veinte organizaciones de la sociedad civil para instrumentar campañas ciudadanas de promoción del voto con enfoque de género, o bien, dirigidas mayoritariamente a mujeres. Los resultados que lograron los veinte proyectos selecciona- dos en un período de 38 días de duración fueron los siguientes: 1) se realizaron 134 acciones específicas de promoción del voto, enmarcadas en actividades como talleres, foros, funciones de cine, sesiones de debate, emisión de avisos por medio de altoparlantes (“perifoneos”) y distribución de materiales; 2) se logró la asistencia de 35 582 personas a las actividades de promoción del voto con carácter presencial; 3) se distribuyeron materiales de promoción del voto entre 29 152 personas, y 4) se registró una audiencia estimada de 329 948 personas en las campañas que hicieron uso de medios de comunicación y recursos de Internet. Para dar continuidad a estos esfuerzos, se elaboró también el Programa de Vinculación con Organizaciones de la Sociedad Civil, a fin de promover la participación en igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Además, se publicó el Artículo 3o del Estatuto del Servicio Profesional Electoral y del Personal del Instituto Federal Electoral en el Diario Oficial de la Federación el 15 de enero de 2010, en el cual se establece que, al interior del IFE, se promoverá la no discriminación, la rendición de cuentas, la equidad laboral y la cultura democrática.

Ahora bien, debe señalarse que el empoderamiento de las mujeres y su liderazgo político requieren alcanzar todos los niveles de gobierno, tanto de la federación como de los estados y municipios. En este sentido, dentro del ámbito de las entidades federativas se han registrado avances importantes en materia de equidad de género. En la actualidad, la mayoría de las legislaciones electorales locales establecen que, en la postulación de candidatos a puestos de elección popular, los partidos políticos y las coaliciones deberán satisfacer, entre otros requisitos, el de equidad de género. Gran parte de las legislaturas locales han establecido como tope para un mismo género el 70% del total; sin embargo, existen entidades vanguardistas, como Chihuahua y Tlaxcala, en las que se ha llegado a la paridad de género como requisito para el registro de candidaturas. La legislación de Chihuahua establece una cuota de 50% de mujeres para las candidaturas de diputados por el principio de re- presentación proporcional y munícipes, tanto respecto de propietarios como de suplentes. La misma proporción se encuentra ordenada en la legislación electoral de Tlaxcala, que también establece una cuota del 50%, tanto en las elecciones de diputaciones locales como en las de ayuntamientos.


Asimismo, para lograr una mayor participación de las mujeres en el ámbito político es necesaria una democratización real al interior de los partidos. Para ello sería conveniente analizar la pertinencia de que, en los estatutos de cada partido nacional que cuente con registro ante el IFE, se integren normas que prevean la participación obligatoria de la mujer no sólo en los órganos de dirección de los partidos [Artículo 38, párrafo 1, inciso S)], sino también en todos sus órganos internos. En este sentido, algunas de las obligaciones que podrían establecerse son los siguientes: 1) que el 40% de los afiliados requeridos para la constitución y registro de los partidos políticos fueran de un mismo género; 2) que los partidos cumplieran con sus normas de afiliación y con los procedimientos que se señalan en sus estatutos, atendiendo a la paridad de género; 3) que los partidos editaran, por lo menos, una publicación trimestral de divulgación y otra semanal, de carácter teórico, que contenga estudios en materia de equidad de género; 4) que los partidos financiaran, por lo menos, un centro de desarrollo de liderazgo político de las mujeres o una oficina de capacitación de mujeres y para las mujeres, y 5) que los partidos garantizaran la equidad y procuraran la paridad de género en sus órganos de dirección y en todos los niveles jerárquicos de su escalafón, como una acción afirmativa para promover el desarrollo del liderazgo político de las mujeres.

En consonancia con la propuesta anterior, podría plantearse que los partidos políticos tuvieran, de manera ineludible, oficinas dirigidas por mujeres que estuvieran encargadas de atender la afiliación de mujeres al partido, así como la capacitación, la promoción y el desarrollo de su liderazgo político.

Las acciones colectivas ofrecen también una veta importante de posibilidades para garantizar una vía democrática y gratuita de acceso a la justicia para aquellas mujeres que no cuentan con los medios o la información suficientes para hacer valer sus derechos. Sobre el particular, cabe mencionar que, con la reforma del 29 de julio de 2010 al Artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se agregó un párrafo para establecer que el Congreso de la Unión debe expedir las leyes que regulen este tipo de acciones. Además, en esta reforma se señala también que dichas leyes deberán determinar las materias de aplicación, los procedimientos judiciales y los mecanismos de reparación del daño, así como la competencia exclusiva de los jueces federales para conocer estos procedimientos y mecanismos.

El legislador ordinario tendrá la responsabilidad de establecer, como se planteó en la misma iniciativa de reforma constitucional, procedimientos ágiles, sencillos y flexibles que permitan la protección colectiva de derechos. Asimismo, deberá instrumentar tanto medidas que fomenten la organización de las personas para la protección y defensa de sus derechos, como una mayor difusión y un mejor acceso a la información sobre dichos derechos e intereses. De esta manera, se robustecería el ejercicio de la ciudadanía y se fortalecería el cumplimiento de los deberes cívicos de los miembros de la comunidad. Por ello, el legislador tendrá también que determinar reglas adecuadas en materia de legitimación activa, pruebas no individualizadas, cosa juzgada, efectos de las sentencias, financiamiento de procedimientos y responsabilidad civil objetiva, entre otras, que sean compatibles con las acciones y procedimientos colectivos. Si se cumplen estos objetivos que, como se ha dicho, han sido planteados desde la iniciativa de reforma constitucional, los diversos grupos que conforman la sociedad tendrán más y mejores oportunidades de acceder a la justicia. Así, las acciones colectivas son un mecanismo que puede favorecer el fortalecimiento de la ciudadanía de las mujeres y, por ello, los legislado- res deben ser muy cuidadosos al aprobar las leyes que desarrollen el mandato constitucional. En este sentido, después de la reforma constitucional se han presentado dos iniciativas (una presentada por el diputado Javier Corral Jurado y otra por el senador Jesús Murillo Karam) en las que se incluye la legitimación activa para organismos, dependencias y entidades federales, entre otros sujetos, así como para asociaciones civiles sin fines de lucro. Este aspecto es muy importante pues, en el caso que nos ocupa, el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) o las asociaciones de ciudadanas estarían legitimados para ejercer acciones colectivas a través de las cuales podrían defender los derechos de las mujeres. La responsabilidad que tiene el legislador en este sentido es, entonces, muy amplia, por lo que su actuación es fundamental para contribuir a fortalecer el empoderamiento de las mujeres.


Además de estas acciones, sería conveniente también tomar otras como las siguientes: 1) generar y propiciar mecanismos de diálogo e intercambio de opiniones sobre las necesidades políticas de las mujeres en foros legislativos e instituciones especializadas; 2) articular programas entre las dependencias gubernamentales y los organismos autónomos con las organizaciones de mujeres, como un factor para respaldar las acciones que éstas desarrollan; 3) sensibilizar a la opinión pública acerca de los derechos de las mujeres, para contribuir a incorporar un enfoque de géneros tanto en el desarrollo como en la cultura política y social, que permita crear un clima favorable a la incidencia política; 4) fomentar el liderazgo comunitario; 5) buscar el mejoramiento de las prácticas democráticas a través de programas políticos y sociales que impulsen y fomenten la equidad de género; 6) fortalecer la justicia electoral, lo que implica generar estrategias de comunicación política, aprendizaje colectivo y democratización del conocimiento, así como fomentar y fortalecer la representación y participación de las mujeres en las elecciones; 7) contribuir a la participación y liderazgo de mujeres en y desde comunidades indígenas (en el ámbito federal, estatal y municipal), y, por último, 8) incorporar el enfoque de género de manera transversal en diversos espacios.

Como se puede observar, todavía hay mucho por hacer para lograr una verdadera democracia de ciudadanía para las mujeres. Y si consideramos que, según los datos censales reportados por el Registro Federal de Electores, hay 40.1 millones de mujeres inscritas en la lista nominal —frente a 37.4 millones de hombres inscritos— la importancia de la participación política de la mujer se acentúa. Como puede apreciarse, la proporción de mujeres en la lista es superior en 3.6% a la de los hombres y, en consecuencia, la participación de las mujeres en la vida política del país es fundamental. En este sentido, es importante señalar que, además, actual- mente las mujeres acuden a votar en mayor medida que los hombres.

El Estudio Muestral de la Participación Ciudadana en las Elecciones Federales de 2009, pre- sentado en la sesión del Consejo General del IFE el 13 de diciembre de 2010, ofrece algunas cifras al respecto. En este estudio se indica que el 44.1% (34.1 millones) de los ciudadanos que votaron se integró por 24.5% (19 millones) de mujeres y 19.6% (15.1 millones) de hombres, esto es, una diferencia de 4.9% a favor de aquéllas, porcentaje que resulta superior a la diferencia observada en la composición de la lista nominal (3.6%). Además, si se comparan el porcentaje de hombres votantes y el de mujeres votantes (40.5% y 47.3% respectivamente), se registra una notoria diferencia a favor de éstas de 6.8 puntos.

Otra cifra que es importante considerar es que desde el grupo de edad de 18 años hasta el grupo de 55-59 años la participación femenina supera a la masculina, mientras que en el grupo de 60-64 años los porcentajes son casi iguales y sólo a partir del grupo de 65-69 años la participación de los hombres supera a la de las mujeres. Estos datos demuestran la importancia que tienen las mujeres en la participación ciudadana y, por esta razón, es primordial que se sigan desarrollando acciones tendientes a fortalecer las políticas públicas para lograr una mayor equidad de género en el espacio público. Siguiendo esta línea, en el anexo 10 del Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2011 (erogaciones para la igualdad entre mujeres y hombres), se destinan al Instituto Federal Electoral 6 millones de pesos para capacitar y educar para el ejercicio democrático de la ciudadanía y 2 millones de pesos más para la fiscalización de los recursos de los partidos políticos. Sin duda, estos recursos contribuirán a fortalecer la participación de las mujeres en el ámbito político. No obstante, es necesario que las autoridades, los partidos políticos y la sociedad civil muestren un verdadero compromiso y participen activa- mente, con el fin de lograr una igualdad real entre hombres y mujeres en materia de participación política pues, como pensaba Montesquieu desde el siglo xviii, debemos tener en cuenta que “la medida de la libertad que tenga una sociedad depende de la libertad que disfruten las mujeres de esa sociedad”.