“GÉNERO Y PREJUICIO: LAS ADOLESCENTES
SE SIENTEN MÁS EMPODERADAS, PERO MÁS COSIFICADAS QUE NUNCA”
Un 75% de
las encuestadas dijeron que se sentían juzgadas como un objeto sexual desde
chicas.
Crecer en
una sociedad que dice a las chicas que pueden llegar a ser lo que ellas se
propongan pero que a la vez las sexualiza desde muy pequeñas resulta muy
contradictorio. El movimiento #WomenPower continúa las denuncias que empezaron,
a nivel mundial, con el hashtag #MeToo. Y esto no es solo cosa de adultos, sino
que tiene su origen a una edad muy temprana.
Un nuevo
estudio realizado por PerryUndem, una empresa de investigación de datos que
tomó una muestra de 1000 chicos y adolescentes de entre 10 y 19 años, extrajo
de los resultados una conclusión muy significativa: las niñas se sienten más
empoderadas, pero más cosificadas que nunca.
Las
últimas tendencias y los movimientos en pro de educar en el feminismo ya se
están viendo traducidos en cambios en la conducta de los menores. Un 75% de los
encuestados de ambos sexos aseguraron que tener una carrera exitosa era muy
importante para ellos, mientras que menos de un tercio consideraban casarse y
tener hijos como objetivo vital. Incluso el tanto por ciento de niñas superaba
al de los niños en considerar el llegar a ser líder como su gran aspiración.
Hasta acá
parecen buenas noticias. Pero cuando las preguntas se desviaron a la percepción
de sus propios cuerpos, las respuestas de las chicas cambiaban drásticamente.
The New York Times informó que “aproximadamente un 75% de las adolescentes
encuestadas, de entre 14-19 años, dijeron que se sentían juzgadas como un
objeto sexual o inseguras desde bien pequeñas” y que “la sociedad consideraba
que el atractivo físico era el rasgo femenino más importante”.
Alrededor
de la mitad de ellas haber escuchado a los niños hacer comentarios sexuales o
bromas a diario y un tercio de ellas había escuchado esas mismas palabras de
hombres de sus propias familias. Es decir, ven su propia inteligencia y fuerza
como sus cualidades más importantes mientras que la sociedad le sigue dando más
valor a sus cuerpos.
Las
respuestas de los niños también estaban ligadas a estereotipos de género. Un
75% de los encuestados aseguraron que sentían la presión de estar fuertes
físicamente, ser atléticos y practicar mucho deporte. Cuando se les preguntó
sobre qué espera la sociedad que hagan cuando se sientan tristes, la mayoría
dijeron que se suponía que debían ocultar esos sentimientos y ser fuertes. En
contraposición, las niñas aseguraron ser más capaces de expresarse llorando,
gritando o hablando sobre sus sentimientos.
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