“LOS MOVIMIENTOS FEMINISTAS LE PLANTAN BANDERA
A BOLSONARO EN BRASIL”
Las mujeres que se reunieron en la campaña
multitudinaria #EleNão no piensan retroceder frente al conservadurismo de
Bolsonaro o una posible pérdida de derechos.
El conservadurismo se reinstala en Brasil y
los movimientos feministas buscan unirse para hacer contrapeso a sus
declaraciones. Elegido presidente el 28 de octubre con cerca de 58 millones de
votos, Bolsonaro se hizo conocido por sus declaraciones misóginas, y una
campaña marcada por advertencias como "colocar un punto final a todos los
activismos" en Brasil.
Al mismo tiempo, mujeres de diversas edades,
corrientes políticas y clases sociales se unieron contra el candidato en la
campaña #EleNão ("Él no", en español), que llevó a las calles a
millones de brasileñas en septiembre. Contar con esa capacidad de convocatoria
es un desafío que los movimientos sociales y feministas tendrán a partir del 1
de enero de 2019.
"No sé bien cómo nos vamos a
organizar", admite la filósofa Djamila Ribeiro. "Creo que vamos a
continuar resistiendo y creando estrategias a partir de aquello que vaya
sucediendo", considera.
Feminismo,
la otra lengua, ¿incomprendida?
Esta organización actual de las mujeres
"es un movimiento muy interesante, histórico, continuo, que cada vez gana
más fuerza. Creo que es difícil lo que viene. La mitad de la población está
contra él (Bolsonaro). Son millones y millones de personas que también van a
resistir y pensar en estrategias para seguir. Todo tiempo histórico tiene
dificultades", recuerda Ribeiro.
El Congreso que asume funciones el próximo
año es ampliamente definido como uno de los más conservadores desde el fin de
la dictadura (1964-1985). Y, pese a que el porcentaje de mujeres es mayor,
muchas de ellas están en la línea de extrema derecha del presidente.
"Cuando la democracia retrocede, las
mujeres se quedan por el camino, porque son cuerpos históricamente marginados.
Son tiempos difíciles pero tenemos que ser optimistas, el pesimismo no sirve de
nada", considera la actual concejal por Niterói.
Bolsonaro venció pese a las intensas
manifestaciones que ellas lideraron y que, para algunos analistas, tuvieron el
efecto contrario, sobre todo en personas que cuestionaban el radicalismo de
algunos movimientos. Las consignas feministas no parecen llegar del todo a
algunos sectores de la sociedad que consideran que no existe desigualdad entre
hombres y mujeres.
"Nos equivocamos. Bolsonaro era una
broma (...), nunca nos preocupó. Ahora tenemos que unir todas las fuerzas,
incluso para que tengamos discrepancias. Necesitamos volver al territorio de la
escucha. Tenemos que escuchar a nuestras bases para transformar ese
escenario", comentó Taliría Petrone, amiga y compañera de la militante
asesinada Marielle Franco en un foro a inicios de este mes, en Rio.
Un
hito en la historia de Brasil
Según las declaraciones de Céli Regina
Jardim Pinto, profesora del Departamento de Historia de la Universidad Federal
de Rio Grande do Sul para la BBC, la manifestación de "#EleNão" del
29 de septiembre fue la mayor manifestación de mujeres de la historia de
Brasil, marcando un hito para el feminismo latinoamericano.
El movimiento, según dicen, nació a través
de una página de Facebook llamada "Mujeres unidas contra Bolsonaro",
que cuenta actualmente con cuatro millones de mujeres.
Sus ideas sexistas, homofóbicas y racistas
le valen al presidente electo de Brasil la oposición de diversos sectores y el
apoyo, en su mayoría, de sectores ligados al evangelismo. Son conocidas las
declaraciones a una congresista "que era tan fea que no valía la pena
violarla", también asimiló la homosexualidad con la pedofilia. Se lo
compara con su colega del norte, Donald Trump.
"El Estado de Rio tal vez sea el más
perjudicado por el conservadurismo, en diferentes formas", considera
Eliana Sousa. "Pensar en garantías de derechos humanos, defensa de la
población, como hacemos, en una agenda enfocada en la favela, va a ser difícil.
Estamos esperando un escenario mucho peor al actual, que ya es muy malo",
resume la educadora. "Ante eso, estamos pensando en cómo hacernos más
visibles y abordar ese problema conjuntamente", comenta.
"Nadie tiene respuestas sobre lo que va
a ocurrir, pero ya comenzamos a organizarnos. Desde octubre hemos sido llamadas
para facilitar cursos sobre seguridad digital, por ejemplo. Tanto en mi
activismo personal como institucional, ya estamos reuniéndonos y pensando, bajo
aquel lema: nadie suelta la mano de nadie", sostiene.
El papel de las mujeres en las diferentes
esferas de actuación- política, académica o social- aún debe ser definido, pero
hay consenso entre las feministas que ningún retroceso en sus derechos pasará
pacíficamente.
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