“CAMBIOS EN LA ADOLESENCIA, ¿QUÉ LE
PASA AL CUERPO?”
Desde la
pubertad hasta la post-adolescencia, el cuerpo tanto de chicos como de chicas
cambia muy rápidamente, marcando definitivamente el inicio de la etapa adulta.
Sin duda, las verdaderas protagonistas de esta etapa son las hormonas, que son
las responsables de todos los cambios físicos que experimentan tanto los chicos
como las chicas.
La palabra
adolescencia adolescere en latín significa transición, crecimiento. La
adolescencia es una etapa llena de cambios físicos y psíquicos durante la cual
es normal tener muchas dudas. Los cambios más importantes en las chicas suelen
darse a partir de los 11 años, mientras que en los chicos aparecen un poco más
tarde, a partir de los 12-13 años. Los cambios físicos marcan las diferentes
etapas en las que se divide la adolescencia.
La tiranía del cuerpo
Debido a
la influencia que los medios de comunicación y la publicidad tienen sobre los
adolescentes, la imagen corporal adquiere tanta importancia que incluso,
teniendo un aspecto físico correcto, existe la posibilidad de no sentirse a
gusto con una misma. Esta preocupación puede llegar a ser excesiva, así ocurre
en casos extremos como cuando se sufre anorexia o bulimia. Es importante
aceptarse y sentirse cómoda con la propia imagen.
La adolescencia puberal
A partir
de los 11 años en las chicas y más tarde en los chicos se inicia la pubertad,
que va acompañada de un cambio físico notable, aunque no todo el cuerpo se
desarrolla al mismo tiempo. Las manos y los pies se desarrollan antes que los
brazos y las piernas, y posteriormente lo hacen el tronco y otras zonas. Así, a
la vez que crecen las manos, los pies y la nariz, se estilizan y alargan las
piernas y a continuación el tronco, lo que produce un aumento de la estatura.
En ocasiones, estos cambios se dan de forma muy rápida, pero no debe
preocuparnos, a veces se tarda un tiempo en acostumbrarse a la nueva
apariencia, pero poco a poco la nueva forma se hará más familiar.
La adolescencia media
A partir
de los 13 años aumentan los cambios; se afina el tono de la voz, aparece el
acné, los chicos desarrollan sus músculos y las chicas unas formas más
redondea- das representativas de los cambios hormonales que van sucediendo.
Pero además de todos estos cambios físicos, se entra en una etapa en la que, a
menudo, aumentan la sensación de ridículo o de vergüenza y se da mucha
importancia a la imagen corporal. También se forma una perspectiva más crítica
y receptiva hacia los demás. Se siente una fuerte necesidad de romper con todo
lo establecido. Durante esta etapa es importante aprender a valorar las
cualidades de uno mismo y aprender que quererse no significa verse como un ser
perfecto y maravilloso, sino aceptarse como tal, aceptando los defectos y
potencian- do las virtudes.
La adolescencia tardía
Alrededor
de los 15 y hasta los 18 años es una etapa en la que la identidad se va
definiendo dentro de un grupo de amigos. Una vez superada la fase de
aislamiento. Se siente la necesidad de rodearnos de amigos con los que crear un
microcosmos, vestir igual, hablar igual, ir a los mismos lugares, escuchar la
misma música y vivir las mismas experiencias. Una palabra que define muy bien
esta etapa es “salir”; descubrir un mundo lleno de experiencias nuevas;
discotecas, bares musicales, conciertos, asociaciones, centros deportivos,
cultura, diversión y ocio. El grupo de amigos es vital en esta etapa, porque
proporciona la comprensión y el sentido de pertenencia a un grupo, que a veces
no ofrecen los padres. Pero esta influencia puede ser tan fuerte que en
ocasiones marque incluso el estado de ánimo. Ante determinadas situaciones hay
que aprender a decir que ‘no’. Una amistad real es un punto de apoyo
fundamental pero también se debe tener la libertad suficiente para tomar
decisiones propias.
Post-adolescencia
La etapa
de los 18 a los 22 años es un período de privilegios. Se alcanza la mayoría de
edad y permite sentirse parte activa de la comunidad y obtener más autonomía. A
los 18, muchas dudas van desapareciendo y la personalidad se hace fuerte. Se
adquieren derechos y responsabilidades como conducir, votar, etc. Al no sufrir
cambios importantes en el cuerpo, se adquiere una mayor seguridad en las
relaciones sociales y de pareja.
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