“¿CONDENADAS
EN REDES POR AMAMANTAR? LOS TABÚES DE LA LACTANCIA QUE SIGUEN VIGENTES”
Una socióloga desarma las críticas en redes que reciben muchas madres
cuando amamantan "a libre demanda".
Feminismo, clase 1: sororidad. La relación de hermandad y cooperación
entre las mujeres que tiene como fin el empoderamiento de nuestro género. Pero
esto seguramente no sintió la hija de Reina Reech, Juana Repetto (28), cuando
después de subir a su Instagram una foto dándole el pecho a su hijo Toribio (1
año y 8 meses) mientras hacía ejercicio, sufrió todo tipo de comentarios
agraviantes bien subidos de tono.
Falta de limpieza, desprolijidad, exhibicionismo inmaduro, son algunas
de las acusaciones. Pero no es la primera ni la única. Ximena Capristo (40),
recibió críticas cuando posteó una foto dando el pecho en el bautismo de su
hijo. Aquí la respuesta de Juana Repetto, quien se dedica a reflexionar sobre
temas de maternidad en su blog Mammaminas.
"Yo le enseñaría límites. Cuando sí y cuando no, o cuando esperar
un poco"; "hay cosas que quedan en la intimidad si no quieres ser
juzgada" y "a una cierta edad ya entienden los 'no' y por ahí es
mejor enseñarles a que esperen y respeten", fueron algunas de las críticas
que recibió. "Yo quiero saber si lavas la teta antes de darle a tu hijo...
porque si estás haciendo gimnasia no me quiero imaginar cómo está eso, y encima
dejarlo que él se prenda como si nada. Yo le enseñaría límites", es otro
de los comentarios.
La licenciada Paula Díaz de Arcaya es socióloga (UBA) y puericultora
(ACADP), nos ayuda a reflexionar sobre las reacciones que la foto despertó,
¿por qué sigue faltando sororidad entre las mujeres con este tema? Intentamos
develar los tabúes que siguen existiendo:
Cuando una mujer reconocida aparece dando la teta a un bebé y además
ese bebé supera la edad “esperada” por esta sociedad, se desata un revuelo que
termina en agresión sin sentido por parte de quienes no pueden pensar la
experiencia de la vida más allá de los límites de la propia y que tampoco se
atreven a pensar desde un lugar de-constructivo algo distinto de lo que
“debería ser”.
Juana pone sobre la mesa el concepto de libre demanda -en lactancia-
("se sirve solo"). Quiere
decir que la mujer, madre, dará teta en la medida en que su bebé lo demande o
solicite. Esta demanda no siempre es por hambre, ya que la teta cubre dos
necesidades esenciales para el bebé humano: la leche y el vínculo con la
persona maternante (el contacto, la mirada, la palabra). Es decir que cuando un
bebé llora puede estar demandando algo en estos dos sentidos. ¿Por qué molesta
tanto?
Cuerpo
materno a disposición
Se preguntan por los límites, se horrorizan porque esa mujer queda
atada a ese hijo por la libre demanda. Sin embargo, cuando ven a una mujer que
trabaja 9 o 10 horas y vuelve a su casa y sólo pasa el tiempo que le queda con
sus hijos, no aparece esta figura de mujer atada a un trabajo, al mercado
laboral, a su superior. Lo patriarcal y capitalista no es cuestionado, porque
está dado por sentado.
Hay una hermosa frase que me gustaría citar de Casilda Rodríguez y Ana
Cachafeiro (libro La represión del deseo materno y la génesis del estado de
sumisión inconsciente): "El reconocimiento de que hay una libido femenina
maternal que se orienta hacia la criatura que la mujer alumbra, socava los
cimientos del discurso patriarcal. No nacemos con complejos de Edipo, ni con
castraciones; no nacemos con carencias, sino con una enorme producción de
deseos, de deseos maternos, que bien pronto se estrellan contra las pautas y
los límites establecidos por las normas patriarcales”.
Nuestra sociedad capitalista, patriarcal no deja de mirarnos. En el
imaginario colectivo persiste más la idea de “volver al trabajo” y separar al
niño de su madre y a ésta de aquél que la idea de la madre que sostiene no sólo
la lactancia sino el vínculo.
El tabú es el rechazo de una acción que es dañina para la sociedad, que
se presenta como ajena y extraña. Un tabú, o los mitos que sostienen el rechazo
de una acción, son coherentes con una estructura productiva particular que
requiere la separación temprana de la madre y su hijo para ingresar al mercado
laboral, y que en esa separación temprana y prolongada genera individuos mal
llamados “independientes”. El todo caso los niños irán ganando autonomía según
su desarrollo evolutivo, pero sostener que un niño de 2, 3, 4 años es
independiente no es más que desarrollar argumentos falaces para sostener
nuestras acciones adultas.
Vamos a mencionar algunos de los mitos más escuchados respecto a la
lactancia materna:
* “Mi madre no me dio, yo no voy a poder dar”
* “No amamanté a mis hijos anteriores, no voy a poder con este”
* “No todas las mujeres producen la misma cantidad y/o calidad de
leche”
* "Está mal mostrar mis pechos en público"
* “Si la madre estás estresada, la leche se corta”
Todos estos mitos están dirigidos a debilitar un poder natural
totalmente demostrado. Hay un proceso natural que se desencadena con
independencia de lo que se piensa, se cree, o piensan los demás. Sin embargo,
la conciencia colectiva y la reproducción de un sistema productivo pueden tener
más fuerza que la naturaleza, ¿increíble, no?
Queremos agregar algo más, que también tiene que ver con una mirada
patriarcal sobre el cuerpo de las mujeres. Amamantar en un gimnasio se critica,
pero los pechos que se muestran en otros ámbitos de consumo masculino, en donde
mostrar lo "sexy" es aplaudido, no son sentenciados, ni juzgados.
Sororidad es respetar también el deseo de amamantar en cualquier lugar y hasta
el tiempo que ese vínculo lo necesite. También respetar la decisión de aquellas
madres que no desean sostener la lactancia prolongada. Sororidad es ayudarnos
entre todas a recuperar la autonomía sobre el cuerpo.
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