“LAS MUJERES EN LA
HISTORIA DEL ARTE”
La ausencia de mujeres
artistas en los museos o en las enciclopedias de arte clásico puede dar la
impresión de que el rol de las mujeres en el arte se ha limitado al de musas y
modelos.
Lo cierto es que las mujeres han tenido una presencia activa
constante como artesanas y artistas pese a los obstáculos con los que se
encontraron para dedicarse al arte en distintas épocas debido a su género.
Unas pocas artistas incluso alcanzaron renombre internacional y
una buena posición económica y social durante su tiempo y, sin embargo, la historia
del arte las condenó al olvido durante siglos.
Las mujeres en la historia del arte
Las investigaciones de antropólogos, arqueólogos y etnógrafos
sugieren que la mujer prehistórica no estaba sometida al hombre. Su dios fue
durante más de 20.000 años una diosa fértil sin rostro pero con atributos
sexuales femeninos exagerados. Entre otras tareas, las mujeres trabajan juntas
en la producción de objetos de cerámica, textiles, cestería y joyería.
La ausencia de mujeres
artistas en los museos o en las enciclopedias de arte clásico puede dar la
impresión de que el rol de las mujeres en el arte se ha limitado al de musas y
modelos.
Lo cierto es que las mujeres han tenido una presencia activa
constante como artesanas y artistas pese a los obstáculos con los que se
encontraron para dedicarse al arte en distintas épocas debido a su género.
Unas pocas artistas incluso alcanzaron renombre internacional y
una buena posición económica y social durante su tiempo y, sin embargo, la historia
del arte las condenó al olvido durante siglos.
Las mujeres en la historia del arte
Las investigaciones de antropólogos, arqueólogos y etnógrafos
sugieren que la mujer prehistórica no estaba sometida al hombre. Su dios fue
durante más de 20.000 años una diosa fértil sin rostro pero con atributos
sexuales femeninos exagerados. Entre otras tareas, las mujeres trabajan juntas
en la producción de objetos de cerámica, textiles, cestería y joyería.
Con la corriente humanista del Renacimiento,
en los siglos XV y XVI, mejora el reconocimiento de las mujeres y el estatus
social de los artistas individuales. Las mujeres artistas se benefician de
ambas mejoras, pero aún dependen de los hombres y para dedicarse al arte han de
contar con padres, esposos o mecenas que les apoyen.
La mayoría de las artistas de esta época son hijas de pintores
o escultores y son instruidas en los talleres familiares junto con otros
alumnos. Dentro de las clases adineradas se vuelve más común que las jóvenes
sean instruidas por artistas consagrados, aunque la mayoría prefiere casarse a
enfocarse en una carrera artística. Algunas artistas de éxito se convertirán en
damas de la corte con reputación internacional y mantendrán contacto con otros
artistas, pensadores y nobles muy influyentes en su época.
Las mujeres y las academias de arte
Con el cambio de estatus de artesano a artista, comienza la
formación reglada de saberes imprescindibles para el artista en las academias
que rara vez admitirán mujeres hasta el siglo XIX. Entre esas disciplinas se
incluye en dibujo del desnudo del natural al que las mujeres no tendrán acceso
hasta el siglo XX.
La falta de conocimientos formales de anatomía
masculina les priva de los encargos más prestigiosos, pero pintan escenas con
personajes femeninos más realistas y con una personalidad propia. Por otro lado
se especializan en temas menores de gran éxito comercial durante el Barroco
como los bodegones y retratos.
Gracias a la Ilustración, en el siglo XVIII, se separa la
educación de los niños según su género y un mayor número de mujeres accederá a
puestos de enseñanza para niñas de familias adineradas. A finales de este siglo
se abren los primeros salones no académicos. Aunque las mujeres pueden
participar, no se considera que estén capacitadas para realizar las obras más
valoradas con temas históricos o mitológicos por su desconocimiento de la
anatomía masculina.
Artistas y feminismo
En el siglo XIX, las mujeres van ganando derechos sociales y
económicos y crece el número de mujeres artistas aunque eso suponga ir a
contracorriente del modelo femenino predominante y mejor visto por la sociedad
victoriana. Varias ilustradoras y fotógrafas, nuevo medio sin restricciones
sexistas ni educación formal, son económicamente independientes y reconocidas
por su logros profesionales.
En este periodo surgen las primeras sociedades de mujeres artistas
desde las que lucharán contra la discriminación de organismos oficiales como
las academias. También crearán sus propios talleres y escuelas.
Las vanguardias artísticas terminan de romper con las normas del
academicismo y las nuevas fórmulas del arte se exponen en salones
independientes paralelos a los oficiales atrayendo a las mujeres artistas.
A finales de 1960, artistas e historiadores dentro del movimiento
feminista reivindican la importancia del rol de la mujer, exploran su presencia
callada en la historia del arte y redescubren a personajes como Artemisia
Gentileschi y Frida
Kahlo que se convierten en iconos del feminismo.
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