jueves, 7 de diciembre de 2017


“LA MUJER EN EL MUNDO DE LOS NEGOCIOS”

Las mujeres han jugado un rol fundamental en las organizaciones, cuidando factores como los pequeños y finos detalles. Y aunque el género femenino en el entorno de los negocios ha sobresalido, todavía falta un largo camino por recorrer.

En la actualidad muchas mujeres juegan un papel protagónico en el mundo de los negocios, lo cual ha sido un proceso prolongado y arduo acompañado de un cúmulo de retos y desafíos.

Es importante destacar que, por naturaleza humana, el hombre se ha caracterizado por ser proveedor y la mujer receptora. En el contexto histórico, desde la antigüedad las actividades del varón se enfocaban a la caza y al trabajo rudo para efectos de proveer alimento y vivienda a su familia. Mientras tanto, las labores de la mujer se concentraban en el cuidado del hogar y la familia.


Sin embargo, hoy en día la mujer ha roto dicho paradigma, dado que su papel en el mundo se ha ido transformando, para tomar en muchas ocasiones el rol de proveedor, mediante el desempeño y participación en la actividad laboral. Asimismo, el desempeño del género femenino en el ámbito laboral ha evolucionado de manera importante.

Sin importar el puesto, las mujeres han jugado un rol fundamental en las organizaciones, cuidando factores como los pequeños y finos detalles, utilizando su carisma y su capacidad de mediación y conciliación que las pudiese caracterizar en su generalidad, marcando de esta manera la diferencia en el ambiente y entorno laboral.

Si bien es cierto, la parte emocional pudiese ser una desventaja, es de destacar, que aquellas mujeres que llegan a controlar de manera inteligente y sabia sus emociones, así como el desarrollar su intuición (sexto sentido), suelen destacar en puestos importantes y marcar la diferencia en la forma convencional de liderar.

Sin embargo, culturalmente, el desenvolvimiento de aquellas mujeres en puestos gerenciales y directivos en un mundo de hombres, las ha puesto en la lupa del desempeño, demandándoles mayores resultados, incluso ofreciéndoles un sueldo menor en comparación a un varón que podría ocupar en dado momento el mismo puesto en las mismas circunstancias.


Aun así, por su dedicación y esfuerzo, muchas mujeres han logrado sobrepasar las expectativas en el mundo de los negocios y se han destacado por su liderazgo muy particular.

No obstante, si bien es cierto, la mujer ha tenido una evolución importante en el entorno empresarial, el desenvolvimiento del género masculino no ha dejado de predominar en los puestos directivos y de alto mando, tanto en el sector público como privado.

Uno de los factores que ha limitado el proceso del avance profesional de las mujeres es una situación de índole natural que se conoce como el “reloj biológico”. El desarrollo de una mujer no solamente está enfocado en la realización profesional sino también en el plano personal.

La tendencia de la realización personal pudiese estar concentrada en muchos casos en encontrar una pareja y en formar una familia. Mientras que la realización profesional se enfocaría en escalar puestos dentro de una organización conjuntamente con la preparación académica.

Desafortunadamente, en el caso de las mujeres, la realización personal y profesional no siempre van de la mano. Existen casos en que las mujeres por decisión propia han sacrificado su realización personal por el desarrollo profesional, o bien, mujeres altamente capaces y exitosas que han optado por frenar su crecimiento laboral por desenvolverse tiempo completo en el plano familiar.


En el caso de aquellas mujeres que han optado por suspender de manera temporal o indefinida su desarrollo profesional para enfocarse tiempo completo a su familia, pudiese estar acompañada su decisión, en gran medida, a la falta de cultura del mundo empresarial en ofrecer beneficios a las madres trabajadoras, como sistemas de guarderías y flexibilidad en los horarios de trabajo en donde el desempeño laboral sea enfocado en el cumplimiento eficiente de objetivos y no en la cantidad de horas laboradas.

Esta falta de cultura provoca irremediablemente que las mujeres profesionistas que tomen la decisión de formar una familia, cambien en automático sus prioridades y sacrifiquen su desarrollo profesional para dividir su tiempo en el cuidado de su familia, y en algunos casos a tomar la decisión de suspender por completo su desarrollo profesional con la consecuencia de que en dado momento de querer reincorporarse a la vida laboral, después de un tiempo de ausencia, pudiese ser complicado retomar el ritmo. 

¿Qué hay de aquellas mujeres que toman la decisión de continuar con su desarrollo profesional después de haber formado una familia?, definitivamente son de admirar, dado que tienen el importante reto de asumir el doble esfuerzo de lograr que tanto el hogar como el trabajo funcionen de manera excelente, sin descuidar a uno u al otro. Lo anterior implica recorrer un camino lleno de proezas, desvelos, sacrificios, etc., contando en dado momento con el apoyo de la pareja según sea el caso, o bien, familiares claves o terceras personas de gran confianza.


No muchas de las mujeres que forman una familia cuentan con las condiciones de trabajo ni el apoyo necesario de sus organizaciones para continuar con su desarrollo profesional, lo cual de antemano ya las limita abruptamente a continuar con su vida laboral.

Lo anterior en parte pudiese ser transformado si empezara a existir un cambio radical en la cultura empresarial en cuanto a incentivar el desarrollo profesional del género femenino, para lo cual gran parte de la solución podría estar influenciada por las mismas mujeres que se desempeñan en puestos importantes en el mundo de los negocios, siendo éstas capaces de abogar por la implementación de un sistema de guarderías y el trabajo por objetivos más que por una cantidad de tiempo, con el objeto de que las mujeres que se dedican a formar una familia no trunquen su ritmo de desarrollo profesional, y a su vez, las organizaciones obtengan el beneficio de aprovechar al máximo el talento y las habilidades de aquellas mujeres capaces y con crecimiento potencial, sin tener que perder o reemplazar innecesariamente a estos elementos valiosos.

Si bien es cierto, el género femenino en el entorno de los negocios ha sobresalido, aún falta un largo camino por recorrer. Es importante que las mujeres en conjunto logren realmente una unidad entre ellas mismas, con el objeto de obtener mayores beneficios que les permita brillar cada vez más en el mundo empresarial.

Finalmente, el establecimiento de metas y objetivos de manera conjunta y constante, aunado al cumplimiento de los mismos, son la base para que las mujeres sean capaces de obtener las herramientas necesarias para afrontar eficientemente las exigencias que el mundo por sí mismo les antepone y como resultado, ser verdaderamente capaces de dirigir de manera conjunta y exitosa el mundo de los negocios a través de un mayor posicionamiento en puestos gerenciales y directivos, en los que por el momento predomina el género masculino.

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