“¿QUÉ DEFINE A LA MUJER EMPRESARIA?”
La
comunicación activa con sus colaboradores, una mayor apertura al cambio, la
aplicación de criterios estables y coherentes en la solución de problemas.
Hoy por
hoy las mujeres empresarias han ganado más terreno en el ámbito empresarial y
nadie duda que sus empresas son un sinónimo de buena gestión, gracias a un
estilo propio de gestión que han construido día con día.
También es
cierto que las conquistas de la mujer en el terreno laboral la han convertido
en un factor indispensable para el buen desarrollo de todo tipo de actividades
empresariales.
¿Qué
define el estilo de la mujer empresaria? De inicio un mayor espíritu
emprendedor e innovador, que está más presente en las mujeres. Hoy vemos como
empresas de diferentes sectores entre ellos el de tecnologías de la información
es liderado por mujeres.
En el
terreno de la dirección, la mujer tiene un estilo claro y definido que se basa
en su capacidad de adaptación al cambio, a diferencia de la mayoría de los
empresarios las mujeres están dispuestas a cambiar la forma que realizan los
procesos, siempre y cuando sea para mejorar.
Relacionado
con el tema anterior se presenta la capacidad para escuchar a los demás, es
decir, aceptan de mejor forma la crítica constructiva de parte de sus empleados
e implementar cambios en sus empresas.
Por otra
parte, afrontan las situaciones que se les presentan aplicando criterios más
estables y, por lo tanto, coherentes, lo que las lleva a una solución rápida de
las dificultades que tienen.
Lo cierto
es que disponen de un arma infalible: una perfecta combinación entre el sentido
práctico y el emocional, algo que en el mundo empresarial moderno ha pasado de
ser una llamativa moda a un valor crucial llamado inteligencia emocional.
Las
acciones de las empresarias se basan en la participación y la comunicación, el
trato personalizado y el conocimiento de las personas que se encuentran bajo su
mando. Es, ciertamente, un estilo que podríamos denominar “democrático”.
Además de
lo anterior las mujeres sienten mayor satisfacción en negocios propios porque
se relacionan ya no sólo en el terreno intelectual y físico, sino
fundamentalmente en el terreno emocional. Esto les lleva a emprender acciones
cuyo riesgo, existiendo, es siempre calculado.
El perfil
de la mujer empresaria se basa en la comunicación activa con sus colaboradores,
una mayor apertura al cambio, la aplicación de criterios estables y coherentes
en la solución de problemas.
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