“MUJER: EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES”
La
filosofía del empoderamiento tiene su origen en la educación popular
desarrollada por Paulo Freire. Margaret Shuler, socióloga estadounidense,
identifica el empoderamiento como “un proceso por medio del cual las mujeres
incrementan su capacidad de configurar sus propias vidas y su entorno, una
evolución en la concientización de las mujeres sobre si mismas, en su estatus y
en su eficacia en las interacciones sociales.”
Aunque
los procesos de empoderamiento se han dado en muchos grupos oprimidos o
desfavorecidos, su mayor desarrollo se ha producido en relación a las mujeres.
Desde los grupos feministas, el empoderamiento de las mujeres incluye tanto en
cambio individual, como el cambio de los procesos y estructuras que reproducen
la situación desfavorecida y subordinada de las mujeres. Sería una estrategia
que favorece que las mujeres, y otros grupos desfavorecidos, incrementen el
poder, es decir, que accedan al uso y control de los recursos materiales, y
simbólicos, ganen influencia y participen en el cambio social. Esto incluye por
supuesto, la toma de conciencia individual y grupal por parte de estos
colectivos desfavorecidos, de sus propios derechos, capacidades, además de
hacer conscientes determinados mensajes culturales de opresión y subordinación,
que tan interiorizados tenemos las mujeres.
Como
hemos comentado anteriormente, el empoderamiento ha alcanzado su máxima
expresión en los estudios relativos al género, especialmente en la estrategia
denominada Género en el desarrollo, que ha sido la que más ampliamente ha
incorporado el concepto de empoderamiento como proceso de cambio para las
mujeres, en el que van aumentando su participación en la sociedad. Desde esta
perspectiva, el empoderamiento implica:
La
toma de conciencia sobre su subordinación y la toma de confianza en sí mismas.
La
autonomía para decidir sobre sus vidas.
La
movilización para identificar sus intereses y transformas sus relaciones,
estructuras e instituciones que les limitan y perpetúan su situación de
subordinación.
Ha
de quedar muy claro, que esta manera de empoderamiento, no conlleva la
dominación de los otros, sino la adquisición de recursos, conciencia y
habilidades para acabar con la situación injusta que vivimos las mujeres en
todo el mundo, y formar parte de la sociedad como ciudadanas de pleno derecho,
en igualdad real de condiciones.
La
dimensión colectiva del empoderamiento se basa en el hecho de que las personas
en situación de subordinación tienen más fuerza para participar y defender sus
derechos cuando se unen con otras personas para alcanzar unos objetivos
comunes, incluso en ocasiones, el agrupamiento en torno a un objetivo concreto,
ayuda a tomar conciencia de una situación de injusticia generalizada, con su
consiguiente búsqueda del cambio.
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