“MUJERES EN CINE: ¿POR
CASA CÓMO ANDAMOS?”
La aun escasa presencia de mujeres profesionales en rubros de
peso en los premios Oscar -los principales galardones del cine- nos lleva a
hacernos la pregunta en clave local: ¿cuál es la participación de las mujeres
en las producciones nacionales?
Pasaron los premios Oscar, y no ganaron ni la quinta mujer en
ser nominada como mejor directora en la historia de los galardones -Greta
Gerwig- ni la primera nominada como directora de fotografía en 90 años -Rachel
Morrison-. La aun escasa presencia de mujeres profesionales en rubros de peso
nos lleva a hacernos la pregunta en clave local: ¿cómo andamos por casa en
cuanto a la participación de las mujeres en el cine argentino?
En un relevamiento informal pero preciso que hicieron desde
el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), se revisaron las
1.627 películas que se hicieron en Argentina con apoyo de esta entidad durante
la última década (2007-2017): solamente 284 de ellas fueron dirigidas por
mujeres, lo que representa un 17,5%.
Si se mira este número año a año, la evolución histórica
marca un avance, aunque aún está notablemente alejado de la paridad. El pico
histórico se dio el año pasado, cuando ellas dirigieron 54 películas sobre un
total de 220 (24,5%). Fernando Juan Lima, vicepresidente del INCAA, dijo a Crece
Mujer que “hay un crecimiento consistente y constante; en una comparación
internacional, Argentina es el país iberoamericano que está más avanzado en
cuanto a representación, aunque sigue siendo poco”.
Hay más mujeres haciendo documentales, y no necesariamente
porque les interese más que la ficción. Hay detrás una cuestión de presupuesto:
para hacer ese tipo de filmes se necesita menos plata. La directora, guionista
y miembro de la asociación La Mujer y El Cine –fundada por María Luisa Bemberg
y un grupo de mujeres-, María Victoria Meni, aseguró que “no suele ser lo más
común que las mujeres manejen presupuestos altos; los productores no se los dan
porque aún existe el miedo a las maternidades (hay mucho prejuicio si la
directora está en la edad de tener hijos) y al rumor de que no saben manejar el
dinero”.
El informe del INCAA relevó la cantidad de directoras
cruzando los datos de fiscalización de la entidad. Lo que no es tan sencillo de
medir es cómo están formados los equipos técnicos: ¿cuántas sonidistas,
productoras, iluminadoras fueron contratadas para hacer películas en nuestro
país? Sabrina Farji, directora de cine, productora y guionista e integrante de
dicha asociación –que en septiembre celebrará sus 30 años con una semana de
festejos-, estimó que “las mujeres representan entre el 50 y 55% de las
estudiantes y egresadas en carreras audiovisuales, pero en la masa laboral -con
suerte- representamos el 35% del total. ¿Qué pasa con el resto?”
Mientras en los últimos tres años (2015-2017) las mujeres
representaron el 60% del ingreso a la Escuela Nacional de Experimentación y
Realización Cinematográfica (ENERC), según una encuesta realizada por el
Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA) en 2016, el 34% de
los puestos técnicos de la industria fueron cubiertos por personal femenino.
¿En qué roles trabajan las mujeres? Maquillaje, vestuario o
asistente de producción solían ser los rubros donde se encontraban más mujeres,
alejándolas de aquellos con mayor manejo de dinero –como producción- o de
“fierros” –como iluminación o fotografía-: “Eran tareas imaginadas para
hombres; ahora las cámaras son más livianas, pero tampoco somos débiles, sino
que podemos llevar y cargar –dice Farji-. Es necesario un cambio de mentalidad
para que las mujeres no se caigan del mapa laboral”.
Dado que son trabajos freelance, que empiezan y terminar con
una película, es difícil aplicar sistemas de cupos porque no son empresas que
tienen un plantel estable. Integrantes de distintas asociaciones proponen un
sistema de cupos de género rotativos en los comités de evaluación de las
películas en festivales (que hoy son mayoría masculina y trasladan ese sesgo -a
la vez- a las películas elegidas). Lima contó que se están evaluando medidas de
“discriminación positiva” para aquellas películas cuya producción presente
diversidad de género, por ejemplo, otorgando más puntaje a la hora de repartir
los subsidios a aquellos proyectos que presenten un equipo paritario.
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