“COACHING SALARIAL PARA
MUJERES, O CÓMO NEGOCIAR MEJOR EL SUELDO”
Con sede en New Hampshire, Estados Unidos, una consultora
busca "enseñarles" a las mujeres a valorarse más en el mercado
laboral actual.
Jennifer Lawrence es la actriz mejor pagada de Hollywood,
según la última lista de Forbes. Pero los 46 millones de dólares que recaudó se
ven opacados frente a los 80 del actor Robert Downey Jr., el que encabeza el
mismo ranking, pero de varones. En nuestro país, un informe de la consultora
Mercer señaló que, de 197 gerentes generales, no sólo nueve son mujeres, sino
que ellas pueden ganar hasta un 33% menos que los hombres. La brecha salarial
de género es, en Argentina, de 27,2% (de las más altas en Latinoamérica), según
un informe de las economistas Mercedes D’Alessandro y Magalí Brosio con datos
de la OIT. En un intento por "cerrar" esa brecha, Olivia Jaras fundó
Salary Coaching for Women, una consultora que busca enseñarles a las mujeres a
valorarse mejor en el mercado laboral actual. Si bien tiene sede en New
Hampshire, Estados Unidos, aspira a asesorar a trabajadoras de todo el mundo
para que puedan elaborar una estrategia adecuada para cada caso (incluso nos
asegura que tiene clientas argentinas).
"Los hombres están más dispuestos a negociar que las
mujeres", lanza Olivia a Entremujeres. Jaras, en lugar de hablar de la
sociedad patriarcal y machista en la que estamos inmersos, pone el eje en que,
"como mujeres, no estamos llegando a la negociación, aunque tengamos la opción
de hacerlo. Nos sentimos incómodas pidiendo más en el mundo laboral. Es
lamentable, pero cierto: las mujeres somos buenísimas para negociar por
nuestras familias y amistades, pero nos vendemos muy por debajo cuando se trata
de nosotras mismas".
Valorarse más
A comienzos de agosto, el estado americano de Massachusetts
prohibió a los empleadores que preguntaran sobre los salarios de los
postulantes antes de ofrecerles un trabajo, en un intento por igualar los
salarios de hombres y mujeres. ¿Por qué? Simple: ellas cobran menos por
desempeñar la misma tarea, lo que las deja en desigualdad de condiciones frente
a una nueva oferta si se tiene en cuenta su sueldo anterior.
Aunque en su discurso Olivia desestima la cuestión
estructural machista que es imposible de dejar de lado ("no es la falta de
legislación de gobierno o que las organizaciones no quisieran pagarle igual a
hombres que a mujeres"), nos aporta una mirada sobre nuestro
comportamiento a la hora de negociar en el día a día.
Dices que no nos
valoramos, o nos valoramos menos que los hombres. ¿Por qué?
Las mujeres estamos genética y socialmente programadas a ser
más comunales y velar por el bien de los demás (hijos, familia, etc.), mientras
los hombres suelen ser más directos y asertivos. Como sociedad, estamos condicionados
a reaccionar de forma negativa cuando las mujeres demuestran características
egocéntricas y que son ajenas a lo que hemos "aceptado" como
"naturaleza" de la mujer. Pero, si un hombre actúa de tal forma, no
nos descuadra el esquema mental. En mi experiencia, las mujeres en
Latinoamérica se enfrentan con más obstáculos en el mundo laboral en
comparación con las mujeres en Estados Unidos, por ejemplo. Culturalmente, las
mujeres y los hombres apoyamos la proliferación del machismo sin darnos cuenta.
En términos de sueldo, esto se traduce de forma sutil, pero palpable cuando una
mujer trata de negociar un alza.
Hay estudios que
aseguran que no solo ganamos menos dinero, sino que las mujeres exigimos un
menor sueldo. ¿Esto es así?
Esto es totalmente cierto. El problema nace en que, por un
lado, no sabemos valorarnos y por el otro, ¿por qué alguien ha de ofrecernos lo
que no estamos pidiendo? Está demás decir que la brecha se debe a muchos
factores, pero lo que hemos notado con nuestras clientas latinas es que el
machismo sigue siendo un factor cultural al cual nos aferramos
inconscientemente.
Las mujeres pierden mucha propensión de negociar al comienzo
de sus carreras (cuando son jóvenes y de edad fértil), lo cual genera una
brecha que se extiende hasta la jubilación. No nos atrevemos a negociar o pedir
lo que valemos. La situación empeora si no sabemos cómo valorarnos o cómo
negociarlo, ya que tendemos a valorarnos en minusvalía en comparación con los
hombres.
¿Cuáles son los
principales problemas que identificas en relación con las mujeres y el
salario/dinero?
En base a la experiencia con nuestras clientas, hemos
identificado algunos problemas que suelen darse de una u otra forma:
1) No comparar sueldos. Las grandes multinacionales tienen
equipos que sólo se dedican a fijar sueldos e invierten mucho tiempo en
descifrar nuestro valor relativo correspondiente al puesto para el que nos
estamos postulando; otras empresas prefieren pagar por encuestas que proveen
información actualizada sobre sueldos en sus propias industrias. Si no puedes
contratar a alguien, revisa por lo menos tres sitios y, además, habrá con al
menos dos personas que hagan ese mismo trabajo (intenta que una de ellas sea un
hombre, ya que, si solo hablas con mujeres, es probable que ellas sean víctimas
de la brecha).
2) No entender que todo
es negociable. No
sólo pienses en el sueldo: los beneficios, las vacaciones y la opción de
horarios flexibles son tan importantes como negociar una mejora de sueldo.
3) Negociar "como
hombre". Las
mujeres tenemos un estilo diferente, lo hacemos mejor cuando creamos un
sentimiento de inclusión. ¿Qué quiere decir esto? Un hombre puede llegar y
decir fríamente "quiero que me paguen X porque eso es lo que valgo",
mientras que una mujer puede decirlo de otra forma y ser igual de persuasiva.
No tenemos que adoptar un estilo masculino.
4) Dar marcha atrás
cuando hay un silencio. Las mujeres tenemos la tendencia de ser las primeras en rellenar
silencios incómodos con concesiones. Estos silencios están diseñados para hacernos
caer y perder todo el empoderamiento que teníamos de entrada. Esto toma
práctica, pero el no reaccionar ante un silencio nos puede dar mucho poder en
una negociación.
5) No darse cuenta que
las negociaciones pueden tener resultados a largo plazo. Un "no" ahora no quiere
decir no más adelante también. Si tu jefe te dice que ahora no te puede subir
el sueldo, pregunta si pueden trabajar juntos para llegar a tu valor de
mercado; hacerlo/a partícipe del proceso, pregúntale qué es lo que necesitas
para llegar a ese número y cuánto tiempo tardarían en trabajar juntos para
lograrlo.
6) Ir a pedir un
aumento sin una estrategia. Lo más importante a la hora de realizar cualquier negociación es diseñar
una estrategia y no presentarse ante el jefe/ jefa sin un plan bien estudiado.
No improvises, fundamenta tu plan de acción, teniendo como base tus habilidades
y destrezas. Tienes que demostrarle a tu interlocutor que tenerte como parte de
su equipo le dará un mayor alcance a la compañía en el corto, mediano y largo
plazo.
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