“MUJERES QUE ABORTARON:
REEDITAN UN LIBRO QUE REPASA HISTORIAS PERSONALES”
En Código Rosa. Relatos sobre abortos, Dahiana Belfiori
repasa el relato de 17 mujeres que abortaron en diferentes contextos.
El debate por la despenalización del aborto está en el centro
de la escena. La interrupción voluntaria del embarazo es protagonista de largas
sesiones en la Cámara de Diputados, pero también cobró fuerza en ámbitos
públicos y privados, donde comienzan a conocerse datos reales, casos
emblemáticos, padecimientos que mujeres que deciden no continuar con el
embarazo sufren como consecuencia de la criminalización de esta práctica.
En este marco, se reimprimió Código Rosa. Relatos sobre
abortos, de Dahiana Belfiori (La Parte Maldita). La escritora se introduce en
el trabajo de Socorro Rosa, “un servicio que brinda información y
acompañamiento por vía telefónica y encuentros cara a cara a personas que
deciden abortar con misoprostol”, según ella misma define. Se trata de 17
relatos ficcionados de mujeres que abortaron bajo este método y que, “para que
ayude a otras” contaron su experiencia al Colectivo Feminista La Revuelta,
quienes las entrevistaron y pasaron la posta a la autora.
“Lo que une a las mujeres retratadas en cada una de estas
narraciones es algo del orden del poder: aún en condiciones materiales de vida
diferentes, acompañadas o no por personas de su entorno afectivo, de diferentes
edades, que profesan o no alguna religión, con historias personales muy
diversas, ellas asumen que ante un embarazo no buscado pueden abortar, y lo
hacen. Deciden sobre su vida, aún en contextos hostiles, y con esa decisión
rompen con el mandato de la maternidad obligatoria aquí y ahora”, describe la
autora en diálogo con Crece Mujer.
Sin embargo, Belfiori aclara que “esto no es algo novedoso;
las mujeres abortamos desde tiempos inmemoriales y lo seguiremos haciendo”.
Para ella, la peculiaridad de la obra es que “aporta a complejizar los modos de
ver las experiencias de abortar, a la vez que produce un acercamiento empático
que permite comprender a las mujeres y sus singularidades”.
En Código Rosa, la escritora aborda casos de mujeres con y
sin hijos, con y sin pareja, con o sin recursos de ningún tipo, que deciden
solas o en conjunto cómo afrontar ese embarazo no deseado. “De lo que hablamos
las feministas, y en estos relatos se pone en evidencia, es de maternidades y
de embarazos en singular; de cómo, cuándo y con quiénes transitar esas experiencias
vitales y si hacerlo o no. Estas historias también hablan de algo compartido:
placer, deseo, dolor, alegría, alivio, amor, encuentros y desencuentros”,
resume. Y añade: “El libro asume y expone las contradicciones a las que se
enfrentan las mujeres tironeadas entre el mandato de ser madres y el deseo de
no serlo”.
La obra, además, muestra un claro ejemplo de qué es la
sororidad, mediante el trabajo de quienes por convicción y militancia asisten a
quienes abortan: las socorristas. Por eso, la escritora destaca que en estas
páginas se “habla además de la voluntad política de acompañar a esas mujeres,
que nace de la convicción profundamente feminista de hacer posibles vidas
libres de violencias”.
En la Cámara Baja se espera que el debate finalice a mediados
de año. Mientras tanto, expositores a favor y en contra y de diferentes ámbitos
expresan sus posturas dando lugar muchas veces a fuertes polémicas. “Es crucial
y vital que no sólo se despenalice la práctica del aborto: el proyecto de ley
que presentamos desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal,
Seguro y Gratuito demanda además su legalización porque, entre otras
cuestiones, es la manera de garantizar que quienes menos recursos materiales y
simbólicos tienen accedan a la salud de manera integral y gratuita. Lo que se
reclama tiene que ver con una cuestión de justicia social”, afirma la autora.
Belfiori destaca que el trabajo de los diferentes colectivos
feministas tuvo un logro histórico en el país: “Despenalizar socialmente el
aborto”. “¿Por qué no alcanzan los pañuelos cuando en el 2005 éramos unas pocas
las que los portábamos con orgullo? ¿Por qué son las y los jóvenes y
adolescentes quienes más los demandan? ¿Por qué no tienen vergüenza de
llevarlos? ¿Por qué desafían la autoridad de una escuela católica
poniéndoselos?”, se pregunta. La respuesta, para ella, es contundente: “Porque
están viendo el debate en el Congreso; porque lo que ven es de qué lado está la
verdad. Sí, la verdad, esa que se dirime en lo social y en contexto histórico.
Las y los jóvenes y adolescentes saben quién habla con los pies en el barro”.
Se la nota esperanzada, orgullosa y firme en sus ideas: “Es
la potencia y la acción feministas que se despliegan en este debate lo que me
hace considerar que no hay vuelta atrás. Son los diversos feminismos, el
movimiento de mujeres, la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a
Decidir, las redes de acompañamiento y consejerías, las cientos de
organizaciones y personalidades nucleadas en la Campaña por el Derecho al
Aborto las que han logrado despenalizar socialmente el aborto, con un trabajo
permanente que lleva varias décadas y que ha logrado el consenso social en
relación a la demanda por la legalización del aborto”.
Escritora y feminista, Belfiori recorrió con su libro desde
los más recónditos sitios del país hasta los más importantes a nivel académico,
como en 2017, cuando lo presentó en el International Institute of Social
Studies de la Universidad de Erasmus de La Haya, o cuando en el mismo año lo
hizo en la emblemática librería Traficantes de Sueños de la capital española,
invitada por la Asamblea Feminista de Madrid, España. “Vivir dignamente es
elegir cómo y cuándo maternar. Vivir dignamente es también elegir no maternar”,
finaliza Belfiori.
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